En esta segunda entrega de la trilogia, Peter Jackson redobla la apuesta, logrando mas intensidad dramatica y un espiritu epico digno de las mejores aventuras filmicas. La presencia de un claro antagonista, como es el dragón del titulo, le da a la historia mucha mas tensión, y a la vez ayuda a que el espectador empatice con los "heroes" del filme. A esto, hay que sumar la perfeccion de todos los rubros tecnicos, y la pericia del director a la hora de rodar las escenas de acción: secuencias cargadas de adrenalina (el escape de los enanos en barriles, es sencillamente brillante). Es verdad que el material de fondo no tiene el vuelo de la trilogia original de "El señor de los Anillos", pero esta secuela funciona en todos los niveles artisticos y nos deje el camino abierto para un final que avisoramos como una verdadera epopeya filmica.