Pequeños valientes
El regreso al universo de la tierra media trae consigo emociones muy diversas. Por un lado significa reencontrarse con una gran historia de aventura llena situaciones épicas y espectaculares efectos visuales. Mientras, por otro lado, también implica una sensación de déjà vu y desilusión si se la compara con "El señor de los Anillos". No es exactamente que "El Hobbit: Un viaje inesperado" no este a la altura de la anterior trilogía, pero su muy similar estructura narrativa y sus repetidos guiños a la misma es lo que no le permiten independizarse de aquella gran obra.
Como todos saben, "El hobbit" es un libro de J.R.R. Tolkien que narra la aventura de como 13 enanos, un hobbit y un mago intentan recuperar un reino perdido de las garras de un feroz dragón. Por lo cual, para realizar su adaptación cinematográfica se decidió partir la historia en tres películas. En esta primera entrega, la trama se centra en como Bilbo Bolsón, un Hobbit que nunca salió de su sencilla comunidad, sale en búsqueda de aventura y como lentamente va dejando su personalidad temerosa para terminar convirtiéndose en una persona valiente y heroica.
Bilbo es el principal personaje de la historia, sin embargo su protagonismo es debilitado enormemente por varios factores y esto perjudica notablemente a la trama. Algunos positivos y otros no tanto. En primer lugar, se encuentra el noble enano sin reino cuya riña personal con un poderoso orco se ubica en los puntos más altos de la película. Sin embargo, luego aparecen las historias de un mago llamado Radagast o un exacerbado protagonismo del mago Gandalf que traen consigo lo peor del film. Estas dos lineas narrativas se unen para tratar el punto más problemático del relato, la conexión con "El señor de los anillos". Hay una enorme cantidad de escenas que involucran la mención de un misterioso enigma sobre un creciente mal. A pesar de que cualquier fanático de la saga ya sepa de que se trata, su extrema discreción (no tiene desarrollo ni desenlace) y falta de real ensamble con la aventura de los enanos, aburre y molesta al espectador. Escenas como la discusión entre Gandalf, Saruman, Galadriel o Elron prueban estar demás.
Incluso el comienzo extremadamente dilatado con la innecesaria presencia de Frodo o el largo primer encuentro con los enanos, donde si bien al principio era simpático como se adueñaban de la casa de Bilbo, ya transcurrido el tiempo uno se cansaba de sus travesuras, no le daban el mejor inicio a la aventura. Para colmo, por momentos era muy evidente como la historia mostraba su estructura escalonada lo cual pausaba las acciones y, por ende, aburría. Esto se debe a que, en el principio, el relato se encontraba muy fracturado en escenas largas y separadas, como las acciones en la comarca o el encuentro con los ogros, que no le permitían tener a la trama recorrido o fluidez.
No obstante, desde el momento que re-aparece en el relato el temible Azog, un poderoso orco que juro matar a Thorin (el lider de los enanos), la historia empieza a encaminarse. Ahora acecha el peligro y se presenta el primer obstáculo a superar. A partir de esa situación, se materializa el villano de la película y las escenas comienzan a encontrar otro ritmo que le otorgan a la trama la tensión y emoción necesaria para atrapar al espectador y no soltarlo.
Es posible que "El hobbit" pueda considerarse una película de aventuras más infantil que "El señor de los anillos", pero esto no es necesariamente algo negativo. Hay más elementos fantásticos como espadas mágicas, encantamientos o un anillo con el poder de la invisibilidad que le dan otro tinte a está película volviéndola más imaginativa y creativa. Incluso, aunque las secuencias de los enanos limpiando la casa de Bilbo de una forma similar a Blancanieves o la presencia de unos ogros que se comportan como "los tres chiflados", esencialmente son para un público más simple, también son escenas muy pintorescas y divertidas. No obstante, es probable que la falta de muertes o relaciones complejas entre los protagonistas sea lo que le de esa categorización.
Ya promediando la última hora y media, todo lo que vaya a suceder va a demostrar estar ante una gran película situada en un gran escenario mítico de gran entretenimiento. Su poderoso despliegue visual, donde dos montañas se baten a duelo mientras nuestros protagonistas se encuentran en una de ellas, se encuentra entre lo mejor de la historia del cine. Su relato de aventura, donde un miedoso se convierte en un héroe a través de enormes retos que prueban su habilidad, astucia inteligencia y valentía, es impecable. Historias sobre la redención, la ausencia de un hogar o la camaradería se amoldan perfectamente con la trama principal dándole un gran relleno y una enorme sensibilidad. Incluso la presencia de ese enigmático personaje llamado Gollum y su reto de acertijos, elevan por completo al relato. La idea de poder pausar el relato, para poder hacer que su protagonista se bata a un duelo de inteligencia por su vida es excitante y muy interesante.
En conclusión, "El Hobbit: Un viaje inesperado" es muy similar a la trilogía de "El señor de los anillos". Es diferente, con sus pros y sus contras, pero es espectacular. Sin embargo obtiene el mismo resultado que su primera parte, entusiasma y deja al espectador con muchas ansias de ver la continuación.