Regreso al viejo mundo
El Hobbit: Un viaje inesperado (The Hobbit: An Unexpected Journey, 2012) es la nueva película de Peter Jackson, quien otra vez vuelve sobre los libros de J.R.R. Tolkien, esta vez para hacer una adaptación del que dio origen a lo que después sería la trilogía de El señor de los Anillos, y así nos sumerge nuevamente en el misticismo y fantasía de la Tierra Media.
La película empieza con el hobbit Bilbo Bolsón (Martin Freeman) ya envejecido que vive con su sobrino Frodo (Elijah Wood) en La colina de Hobbiton. Ahí decide escribir sus memorias. En ellas cuenta sus aventuras de hace 60 años antes de El Señor de los Anillos. En aquel tiempo el joven Bilbo Bolsón recibió la visita del mago Gandalf (Ian McKellen) que lo requería para una misión. Aterrado y nervioso no querrá ser parte hasta después de conocer a los trece enanos de Erabor. Aquellos enanos han perdido su ciudad (Erabor) y su oro, pues fueron expulsados por el dragón Smaug. El hobbit decidirá acompañarlos en su travesía hasta la Montaña Solitaria para recuperar su hogar.
El Hobbit es una trilogía y es por esa razón que en El Hobbit: Un viaje inesperado sólo se muestre la primera parte del argumento mencionado en el párrafo anterior. No se adentra en el desenlace pero marca el inicio de lo que será la aventura hacia la Montaña Solitaria. Peter Jackson pone todo su poderío en la realización ya que no presenta un mundo desconocido. Al contrario, la Tierra Media ya la presentó antes, y entonces no juega con la expectativa del espectador: aparecen los personajes que uno espera (al menos los principales) como Gandalf que está en todo su esplendor, orcos, elfos, el Golum, y muchos más conocidos. Además se vislumbra cuales vendrán después.
Jackson hace un impresionante despliegue visual en las batallas, con movimientos de cámara en toda su destreza e imágenes muy bellas. Y no faltaba más, pero también hay una gran fuerza visual en las nuevas criaturas que habitan en la Tierra Media. Incluso todas están llenas de humor, pues el humor está muy presente en todo el relato. Sobre todo en las acciones del hobbit Bilbo que, con su manera de ser asustadizo y débil, atrae la atención.
Tal vez el ser muy introductoria sea su punto débil. La película evoca muchas cuestiones que aparecerán después, como la maldad que se está formando y que pondrá en peligro a la Tierra Media. Aunque esa amenaza pinta dicho mundo de una atmosfera tenebrosa generando un contraste con la saga anterior. Pero después hay una lentitud inicial con todas las historias del pasado que son contadas, que puede volverse repetitiva en cada batalla de las que sólo se espera que los enanos salgan sanos y salvos. Y justamente son los enanos de Erabor quienes le dan ese toque particular, atractivo y místico a una narración que por momentos no tiene la solemnidad de El Señor de los Anillos.
No se estará frente a una nueva película que revolucione por tratarse de un mundo ya visto, pero genera expectativa para las dos que vienen, ya que el universo de J. R.R. Tolkien está de regreso.