Zack Snyder deja la cámara lenta de lado para darnos una experiencia visual más que digna sin quedarse solo en eso. Por supuesto que el mérito se reparte con David Goyer, quien guionó y en parte también con quien hizo de productor: Christopher Nolan, que junto a Goyer escribieron la historia. Esta aclaración puntual es para dejar de lado un poco el tema de "El Superman de Nolan", éste no es el Superman de Nolan, es el Superman que aprobó Nolan, parece pero no es lo mismo. Si el film lo hubiese dirigido Nolan hubiésemos visto otro resultado, mejor? peor? no lo sabemos.
Grandes aciertos polulan en estra gran producción, el primero es encarar la misma historia de siempre desde otro ángulo. Algo que viene pasando mucho en películas superheroicas y tantos reboots es tener que volver a contar el origen del héroe, repetir escenas con otros actores, variando detallitos, etc. Acá se hizo incapié en el planeta de origen del mismo, Kripton, se le dieron más que cinco minutos de introducción, se inició la película encarando todo desde la ciencia ficción, partiendo desde la base de que Superman es un extraterrestre. Esto logra que desde el vamos y durante el transcurso del film, no se caiga una vez más en la mitificación del personaje como un dios solemne intocable, al punto tal de que solo se lo menciona por su nombre superheroico una sola vez.
El miedo que teníamos varios era que el británico Henry Cavill no pudiera llenar el talle del traje azuloso y terminó haciendoló muy bien. Lo mejor es que no intentó imitar a Christopher Reeve como pasó con Brandon Routh en Superman Returns, pero tampoco intentó diferenciarse mucho, hizo un Superman justo y consistente. Amy Adams interpretando a Lois Lane también generaba algo de desconfianza y fue una grata sorpresa ver que nos equivocábamos en prejuzgar. Si bien no descolló superó las expectativas sólidamente. Luego tenemos a Michael Shannon haciendo de Zod, un villano bien caracterizado de un modo imponente y a Diane Lane haciendo de una Martha Kent melancólica.
Los aplausos actorales se los llevan Russell Crowe encarnando al padre biológico de Superman, Jor-El y Kevin Costner como Jonathan Kent, su padre adoptivo. Ambos de un modo natural, creíble y hasta querible, hacen de los mejores padres de ambos mundos, demostrando sentimientos puros, fuertes y lazos inquebrantables más allá de la muerte.
El director nos dejó claro en películas como Dawn of the Dead, 300 y Watchmen, que visualmente es impecable, tenemos claro que si vamos a ver una peli de Snyder, al menos estéticamente no nos va a defraudar. Lo bueno fue ver que nos dió el gusto de meter toda la violencia comiquera que requería una película de Superman, peleas que no solo se quedan en tres puñetazos y explosiones. Hay muchas explosiones, claro, pero hay muchos más puñetazos y buenas peleas a la altura de cualquier comic, como debe ser. La edición, narrativa y buen ritmo acompañan. Eso si, casi no hay un momento de calma como para respirar, pero está muy bien.
Hay escenas angustiantes, que encima, acompañadas del excelente trabajo sonoro de Hans Zimmer, te dejan un nudo en la garganta.
Lo peor? escenas minúsculas de menos de un segundo de gente saliendo de entre los escombros o autos aplastados, sin rasguños.
Lo mejor? Una bocanada de aire fresco para el personaje en el universo fílmico, distinta a todo lo realizado con anterioridad, encarada desde otro lado, con muchas libertades tomadas basándose en los comics pero de un modo respetuoso y bien cuidado.
Espero ansioso la segunda parte.