Estamos disfrutando cada vez más de películas argentina con propuestas pensadas, clima bien logrado y retrato acertado de situaciones a simple vista simples pero que no lo son tanto.
El clima de esta cinta sumado a su caracterización de los personajes y la interpretación que hacen de estos los actores, son lo fuerte del filme. La elección del conflicto, punto de partida para pintarnos las diferencias entre dos seres y a su vez entre sus clases sociales esta tan bien elaborado que por momentos no sabemos de qué lado situarnos. Algo tan simple como una ventana puede conllevar los más diferentes argumentos y ponernos en jaque.
Como punto flojo, algo que también es un punto fuerte. Dentro de la caracterización de personajes, a mi humilde entender, el personaje de Aráoz esta desde el guión intentando ser ambiguo, y eso (de ahí el acierto), lo logra en casi todo el filme. Pero… (de ahí el punto flojo) entre sus características, definidas o más bien “insinuadas” a través de sus acciones (tan ambiguas como se necesita para que no sepamos si es o se hace) encontramos un hecho puntual que a mi entender desencaja e inclina la balanza: me refiero a sus “obritas teatrales” que marcan ya sin ambigüedad y hace que todo lo demás que puede entenderse de dos maneras, ya tome una dirección más precisa y por ende, peor para el resultado final. Aún así, la peli funciona y más que eso.
Con un final para dejar pensando, que no dejará indiferente y que nos replanteará muchas cosas. A partir de éste, uno revalúa, se sitúa aún más en cada lado y piensa.
Otra cosa a destacar es el elaborado y bien diagramado personaje opuesto (Rafael Spregelburd), éste si con una personalidad bien definida y exasperante (aunque en algunas cosas pueda parecer que tiene razón), con un nivel de hipocresía tan bien retratado que no parece ni exagerado, ni inventado. A esto le sumamos los secundarios, la hija y la esposa, ésta última muy importante en el universo psicológico de aquel hipócrita arquitecto.
Para ver sin dudar, (a pesar del punto flojo que le encuentro) porque es este tipo de cine el que tanto queremos, el que sabemos que se puede hacer en nuestro país, y el que aúna, buen guión, simplicidad, clima y visión humana.
Para terminar, solo decir que las actuaciones son soberbias, sobre todo la de Daniel Aráoz que tiene un personaje muy difícil de interpretar, que cualquier sobreactuación puede romper ese equilibrio ambiguo, y sin embargo logra atemorizar y conmover por partes iguales, tanto que no sabemos quién es, si quererlo o no, y no deja de ser una persona que provoca tanta repulsión y cuidado como empatía.
Recomenda peli, a ver qué piensan ustedes.