Mucho despliegue visual y muchísimos actores (entre ellos el gran Russel Crowe) en una fantasía de efectos especiales y kung-fu cuya puesta explosiva lleva todo al lado del absurdo humorístico. En muchos momentos la ensalada funciona bien, en otros, como el piola de la fiesta que se pasa de rosca, aburre. Una de esas rarezas simpáticas que se realizan como un juego entre amigos, aquí en torno del padrino Tarantino.