Telarañas, sueño con telarañas
La vida de Adam (Jake Gyllenhaal) está sometida a la rutina de dar clases de historia, volver a su casa, y tener sexo mecánico con su novia, quien luego le deja solo con toda su apatía a cuestas. Deprimente, así es la vida de este hombre. Un día, en medio de una de esas conversaciones de compromiso, un colega le recomienda a Adam que vea una película. Esa noche, ya con el dvd en su poder, el desanimado profesor decide dejar a su novia que se duerma sola mientras él ve la película. Pronto descubre que en el filme actúa un sujeto exactamente igual a él. Un doble perfecto. Atribulado, pero decidido, inicia el camino hacia un encuentro que va a cambiar todo.
La idea del doble siempre fue atractiva para el público, y el cine ha sabido sacar provecho de ello. Tan así que ya podemos hablar de un subgénero "doppelgänger" que cuenta con pelis como "Dead Ringer", "Príncipe y Mendigo", "Alias Flequillo" y "La Doble Vida de Verónica", por citar algunas para armar un variado catálogo.
Villeneuve nos ofrece una historia cargada de simbología, apoyándose nada menos que en una obra de José Saramago. El primero visita a David Lynch, el segundo a Dostoievski.
Todo el filme está cargado de pistas y eso configura la trampa. Los protagonistas se mueven con aparente libertad dentro de una ciudad que opera como continente de un plan. Algo superior les vigila y acecha. La suplantación de indentidad tienta y se impone como nudo de un conflicto clásico.
El director opta por un montaje que privilegia la elipsis de tiempo y logra un relato donde cada escena es resumida a su mínima expresión para ir así al hueso y, de paso, imponer ritmo sobre un relato de por sí denso, que gana aspereza gracias a una fotografía negada a lo vívido. Por otra parte, el guionista ha exprimido el texto de Saramago hasta dejar lo indispensable, obviando detalles y situaciones que indefectiblemente redundan en algunos baches que se hacen evidentes en lo que acaba frente al espectador.
Gyllenhaal cumple sin descollar con los dos roles que le toca interpretar, igual que el resto del elenco. Para dejar algo en claro; el verdadero protagonista de este filme es el clima que Villeneuve propone y nunca se le escapa hasta llegar al ¿impredecible? final.