Pequeña, a tono con el héroe, pero entretiene
La nueva era de Marvel empezó a lo grande con la imperdible "Guardianes de la galaxia", una increíble mezcla de humor negro y delirios cósmicos con imágenes dementes y una estética casi contracultural al estilo de los cómics europeos de la revista Metal Hurlant.
Seguir esa obra maestra de cómic adaptado al cine era difícil y, tal vez, seguir la saga de superhéroes de la nueva Marvel con el diminuto Ant Man no haya sido la mejor idea, ya que desde el cómic siempre fue un personaje menor y un poco limitado al truco de hacerse pequeñísimo y extrafuerte para poder infiltrarse en los sitios más inexpugnables.
Llevado al cine, el asunto tiene un poco más de gracia dado que se convierte en una película del género de gente achicada, que incluye genialidades como "The incredible shrinking man" ("El hombre increíble"), de Jack Arnold. Pero este pequeño héroe se queda lejos de la metafísica implicada por existir a pesar de ser un microbio y, por otro lado, el humor es un poco elemental, a pesar de que Paul Rudd se esfuerza en ser simpático y sostener diálogos que a veces son divertidos y otras más o menos.
El que realmente le da fuerza al conjunto es un sorprendente Michael Douglas que ya hace un papel muy convincente desde el prólogo, una formidable secuencia que promete una película mejor, pero que se va achicando como su protagonista.
Esto no significa que "El hombre hormiga" no tenga sus momentos, incluyendo algunas imágenes asombrosas filmadas con mucho talento e imaginación por el director de fotografía, Russel Carpenter. En cambio, el director Peyton Reed no es muy creativo en lo narrativo, que es bastante elemental, y con muchas escenas con sabor a déjà vu. En cuanto al guión, la historia de redención en el hormiguero es de manual.
Entre los actores de reparto se destacan Michael Peña y Evangeline Lilly, pero una escena que se disfruta aparte es la que enfrenta a Michael Douglas con el "Mad Men", John Slattery.