La compañía ahora perteneciente a una división de NBC, en su misión de continuar renovando films de la bóveda de monstruos legendarios de Universal, algo ya realizado con La Momia, un divertimento que permitió exitosas secuelas y la lamentable reunión de monstruos concretada con Val Helsing, culminó dando rienda a otro de ellos, bajo la tutela de Joe Johnston, un director que ha sabido entregar atrayentes y divertidos films de aventuras con gran utilización de efectos especiales, entre ellos Querida, Encogí a los Niños, The Rocketeer y Jumanji.
El Hombre Lobo, con grandes diferencias marcadas en guión frente al film protagonizado por Lon Chaney, narra la clásica historia del hombre que luego de la mordida de un animal extraño con semejanza a un lobo, procede a una transformación anatómica bestial que lo lleva entre otras cosas a matar. Esas diferencias mencionadas, cambian radicalmente la esencia del personaje conocido por todos, se ha buscado dar una nueva vuelta de tuerca innecesariamente, con al afán de producir algo “novedoso”, cambios que resultan forzados, teméticas sociales que no cierran, incluso, parece ser que, de ahora en más, las balas de plata poco afectan al monstruo salvo que sea disparada por una amada.
Benicio del Toro (Lawrence Talbot), fresco luego de su muy interesante personificación del Che Guevara, asimila rasgos con mucha similitud al interpretado por Chaney, en postura, movimientos y gestos, una a favor, así como el excelente trabajo de maquillaje, una vez más en manos de Rick Baker, el más destacado productor de personajes en materia de maquillaje, máscaras siliconadas, un innovador reconocido.
A Emily Blunt, una de las actrices del momento, le toca interpretar a la sentimentalmente ligada al monstruo, su talento es mal utilizado, en gran parte debido a deficiencias de guión que jamàs terminan por permitir consolidar una relación creíble con el interprete masculino. Por su parte, Hugo Weaving, en el rol de investigador es lo mejor que ofrece el film en calidad actoral, junto a una pequeña participación de Geraldine Chaplin como la gitana que baticina los acontecimientos a acaecer, elemento fantástico mediante y el actor, que últimamente realiza trabajos “de manual”, Anthony Hopkins como Talbot padre.
La fotografía y dirección artistica del film recuerdan a los lúgubres diseños de La Leyenda del Jinete sin Cabeza y From Hell, mientras que en materia musical, la partitura del repetitivo Danny Elfman parece tener similaridad de acordes de Bram Stocker’s Dracula y Enemigo al Acecho.
El Hombre Lobo, es un film bien intencionado, tiene momentos muy logrados frente a otros fallidos.