Por más que nos encontremos ante una historia real da la sensación de que El hombre que conocía el infinito es un ensamble entre Una mente brillante (2001) y ¿Quién quiere ser millonario? (2008) pero sin lo bueno, fresco y novedoso de ambas películas cuyos directores -Ron Howard y Danny Boyle respectivamente- lograron meterse en la piel del espectador.
Lo que sucede aquí es que el personaje interpretado por Dev Patel nunca llega ni a conmoverte ni importarte demasiado pero no porque nos hayamos convertido en unos desalmados sino porque su historia no está bien transmitida.
No es que el director Matt Brown haya hecho un mal trabajo porque desde lo formal no se le puede objetar mucho pero el guión no lo ayudó incluso a tal punto que por momentos aburre.
Las interpretaciones están bien y Jeremy Irions siempre legitima pero en esta oportunidad no alcanza.
En una industria totalmente rebalsada de biopics El hombre que conocía el infinito es un puñado de buenas intenciones que pasará al olvido.