Nominada al Oscar, esta película israelí centra su relato en la franja de Gaza, donde un chico sueña con cantar en el teatro de la ópera de El Cairo y que todo el mundo oiga su voz. De algún modo, logra escapar de su ciudad y llegar a las audiciones para Arab Idol, el popular concurso de talentos de televisión. Es muy joven pero, como no nació en un lugar cualquiera de este mundo, debe cargar con la responsabilidad de "representar un pueblo". Esta nueva película del realizador de Omar y Paradise Now, nominada también al Oscar, sigue a su protagonista en dos momentos, su infancia en Gaza y su vida como joven adulto, cuando decide irse. En esa primera parte está lo más poderoso de la película, por cuanto, y ahí no hay mucha novedad, observa las capacidades, brillos y talentos de los chicos que crecen en condiciones difíciles. Lo más débil de Ídolo tiene que ver con la explicación de su simbolismo: el ídolo televisivo, la bella voz juvenil, en medio del conflicto, la violencia y la guerra que parece eterna.