El Jackie de la gente
El género de acción se revitalizo en los últimos años con películas que tienen como finalidad la venganza, pero también con aquellas que cuentan con una cuota de buen peso dramático. Tal es el caso de Búsqueda implacable (Taken 2008) y Sin control (John Wick, 2014), mientras que Martin Campbell (Al Filo de la Oscuridad) nos trae con El implacable (The Foreigner, 2017) una excelente historia con Jackie Chan y Pierce Brosnan.
Un humilde dueño de un restaurante londinense, Quan (Jackie Chan), emerge en una venganza cargada de violencia al perder a su hija, la única persona que le quedaba tras un atentado terrorista del IRA (Irish Republican Army). Mientras busca a los responsables, recurre a la ayuda del viceministro irlandés, Liam Hennessy (Pierce Brosnan), un ineficiente funcionario del gobierno a quien su propio pasado turbio le afecta de cerca.
Sin dudas, estamos ante la mejor interpretación de Jackie Chan en toda su carrera. El actor chino se sumerge en un personaje al cual se le arrebata lo único que lo mantenía atado a esta realidad. El sufrimiento más grande que un hombre podía conocer, ya experimentado en el pasado, ahora se vuelve un dolor más profundo que lo lleva a reaccionar como un despiadado con quién se lo merezca.
Además el artista marcial, nos regala momentos muy entretenidos de acción como solo él puede protagonizar, con movimientos que a pesar de su edad (63) todavía puede realizar. Por el lado de Pierce Brosnan, realiza una buena actuación sin brillar demasiado con un personaje que tiene un acento irlandés poco creíble pero correcto.
La dirección de Martin Campbell consigue encubrir un film de drama político en una película de acción, lo que puede llegar a interesarle aún más al público, y dejar una reflexión atractiva a una realidad política propia de los tiempos que corren.
El implacable se presenta como una gran alegoría a lo que el mundo necesita: un hombre que se enfrente a un sistema totalmente corrupto, sin importar que la manera sea a las patadas. Y quien mejor que Jackie Chan para desparramar patadas por doquier.