El Implacable: Sangre en las calles.
Tres luminarias del cine en un thriller para paladares finos. Dos actores y un director veteranos al servicio de un guión a puro suspenso.
En 1992, el escritor Stephen Leather saca la novela de ficción The Chinaman, influido enormemente por los bombardeos desatados en esa época del Ejército Republicano Irlandes Provisional (PIRA, una facción del IRA). En ella, un ex-soldado oriental que busca la paz en una nueva tierra (Lóndres) ve como su hija, su única familia, es muerta por uno de estos bombardeos; y, al no obtener respuesta de las autoridades, comienza una cruzada de venganza.
Jackie Chan, quien no necesita presentación como actor, director o productor; se embarca en este proyecto que adapta la novela de Leather en un contexto político que aún sigue teniendo vestigios y heridas de esta lucha política entre Irlanda e Inglaterra: Quan Ngoc Minh (Jackie Chan) es un inmigrante chino en Lóndres, dueño de un restaurante y con una hija adolescente. Sus vidas iban de lo más bien hasta que un atentado terrorista hace que la pequeña fallezca. Dolido por haber perdido a su única familia, Quan busca respuesta en las autoridades de Scotland Yard, sobornando a su Comandante Richard Bromley (Ray Fearon), pero éste no lo acepta y pide que espere.
Luego, Quan llega hasta Liam Hennessy (Pierce Brosnan), el actual Viceministro de Irlanda del Norte y antiguo miembro del IRA, y es acá donde se desata el infierno para el otrora agente 007, quien no solo es presionado políticamente por su pasado, la actual tensión entre los dos países en conflicto y, también, su inestable vida personal; sino que ahora tiene a un padre sin nada que perder (que poco a poco comienzan a descubrir que no es un ciudadano tan común) con una vendetta personal que no parará ante nada ni nadie y que utilizará los mismos medios de terror que se usaron para matar a su hija, con tal de encontrar a los culpables de su terrible pérdida.
El Implacable (The Foreigner, 2017) es un thriller de acción bastante alejado de la pata comercial/occidental de Jackie Chan; pero a los que conocemos un poco más su trayectoria, no nos sorprenderá que el actor hongkonés se aparte de vez en cuando de la comedia de acción. Por otra parte, Pierce Brosnan sigue siendo fantástico en cada papel que desempeña, ahora como un político con pasado y presente oscuros, que mete miedo cada vez que habla y, cuando lo hace, no podemos dejar de escuchar su acento irlandés por mucho tiempo.
Con El Implacable, el realizador Martin Campbell vuelve a elegir un proyecto donde destacarse, no yendo hacia el lado fácil de los “jubilados-héroes de acción”, pero sí logrando que dos actores veteranos (que, en apariencia, tienen carreras diametralmente opuestas) se complementen a la perfección y no caigan en el ridículo, pero manteniendo el ímpetu de sus gloriosos años. Campbell logra balancear, de nuevo, la acción con el espionaje; el drama con la acción, así como lo hizo con los dos reboots del agente 007, y se ve que tiene pericia en ello.
Así, El Implacable es un film oscuro, donde la venganza no es un plato que se sirve frío , sino que cuanto más caliente está, más sabor tiene: el sabor del dolor y el sufrimiento de perder a un ser querido y luchar por su memoria.