En El Infiltrado, Bryan Cranston (Walter White de Breaking Bad) se pasa al bando de los buenos e interpreta a Robert Mazur, un agente encubierto que en la década de los 80 contribuyó a la encarcelación de algunos de los miembros más importantes de la organización criminal liderada por Pablo Escobar.
¿Como lo hizo? Utilizando el seudónimo de Bob Musella, fue ganándose la confianza de los más poderosos criminales hasta convertirse en uno de los hombres clave para el lavado de dinero proveniente del narcotráfico. Dicho así, parece pan comido, pero todos sabemos bien que nadie sale inmaculado del oscuro y violento mundo criminal.
El Infiltrado es un thriller/policial muy convencional. En honor a la verdad, hay que admitir que las tramas que presentan agentes encubiertos y narcotraficantes, suelen ser bastante predecibles. Si bien esta no es la excepción, gracias a una solida dirección y a la excepcional capacidad interpretativa de Cranston, la película logra destacarse (un poco) entre la enorme cantidad de propuestas similares. Pero vayamos por partes.
La ejecución de Brad Furman se encarga de que el metraje fluya con un ritmo muy dinámico; Sin embargo, cuando las circunstancias lo requieren, se toma el tiempo para construir buenos climas de tensión y dramatismo. Con ayuda de una colorida fotografía, la banda sonora y una detallada puesta en escena, la recreación de la época, la vibra de la estética ochentosa, está muy bien lograda.
Como no podía ser de otra manera, Bryan “Dios” Cranston nos regala una actuación increíble. Creo que todos estamos de acuerdo en que si existe un actor capaz de interpretar personajes conflictuados y con doble identidad, ese es el querido Bryan ¿no?. Este papel le calza justo. Con su tremenda habilidad para hablar con la mirada, humaniza y vuelve sumamente creíble a su Robert Mazur, alias Bob Musella.
El resto del elenco, compuesto por Diane Kruger, Benjamin Bratt y muchos otros, acompaña con actuaciones correctas, pero se destaca especialmente John Leguizamo, quien ofrece una interpretación muy potente.
Sin duda, el aspecto más flojo de El Infiltrado es el guión de Ellen Sue Brown, basado en la autobiografía de Mazur. El desarrollo de la trama es muy superficial. Tanto el conflicto nodal de la película, como la relación que se construye entre dos de los personajes principales -que se supone que debe ampliar el sentido de la trama- está muy poco profundizado. Esto le quita poder dramático a ciertas secuencias que, si bien son significativas, podrían haber alcanzado otro grado de intensidad.
Conclusión:
Si bien El Infiltrado se atiene a las convenciones del género y tiene un desarrollo de la trama un tanto superficial, no deja de ser una propuesta entretenida. Potenciada y respaldada por una correcta ejecución y un elenco de lujo, en el que sobresalen Cranston y Leguizamo.