El Infiltrado es el nuevo trabajo cinematográfico de Bryan Cranston, en un rol que es la contracara del de Breaking bad.
Robert Mazur, un funcionario de Aduana en Florida, se infiltra en el Cartel de Medellin al mando de Pablo Escobar, bajo la figura de Bob Musella. Para ello, durante cinco años, en una operación secreta bautizada como C-Chase, se ganó la confianza de los barones de la cocaína, en su papel de lavador de dinero. En una peripecia digna de ser llevada al cine, que se relata al final de la película, se detuvieron a casi 100 personas y además, como consecuencia de ese hecho cayó al séptimo banco más importante del mundo, el Banco Internacional de Comercio y Crédito (BCCI).
Si bien El infiltrado tiene acción, es fluida y la atención no decae, en algunos momentos se debilita por la sumatoria de derivaciones y por la acumulación de personajes. Da la sensación de que a cada rato le brota una nueva película. A todo el riesgo de que la acción suceda entre narcos, mafiosos, sicarios, estafadores, lavadores de dinero, soplones, jefes de la DEA, locales de striptease y demás tugurios, el guión de Ellen Brown Furman, madre del director, se ve aplacado por mostrar la vida familiar de Mazur, sus hijos y su amada esposa , los cuales obviamente están en constante riesgo por la profesión del marido ( que por si no quedo claro, se gana la vida fingiendo ser otro para derrotar a los malos).
Brad Furman (Culpable o inocente) aprendió un poco de De Palma, otro de Scorsese y bastante de División Miami, pero debería haberle pedido a su madre que pula un poco más el guión para que el asunto quede un poco mas redondo. Da la impresión de estar viendo una serie que debieron condensar en película.
Y si en definitiva, un infiltrado es alguien que debe fingir ser otro para lograr su propósito con éxito, en el arte de actuar es donde se encuentran los logros de El infiltrado: Si Bryan Cranston tuvo el mejor rol de su vida con Walter White en Breaking Bad, y el verdadero Robert Mazur interpretó a su mejor personaje con Bob Musella, Cranston da vida a uno que hace de otro y eso de varias personalidades en una misma persona le sale como anillo al dedo. John Leguizamo, Diane Kruger, una simpatica Olympia Dukakis, que podría estar o no y nada cambiaría, Benjamin Bratt y una irreconocible Elena Anaya, son parte de un numeroso elenco.