Película de acción simple y entretenida
Dwayne Johnson, alguna vez conocido como The Rock, hace películas para la gente común, y esto no quiere decir que no sean buenas, sino simplemente que no son para nada complejas. Por otro lado el director Ric Roman Waugh era doble de riesgo antes de ubicarse detrás de la cámara, y sus legendarios trabajos a las órdenes de directores como John Woo le consiguieron un puesto superior en la jerarquía cinematográfica.
En todo caso, la combinación con un actor que era luchador dio lugar a esta sencilla pero lograda película sobre un padre que hace cualquier cosa con tal de evitar que su hijo pase 10 años en la cárcel. Es que el hijo de 18 años del protagonista cometió un error y se metió en un asunto de narcotráfico como si fuera una travesura adolescente. La implacable fiscal que interpreta Susan Sarandon no piensa darle la menor oportunidad, por lo que el único pacto que se puede hacer con la ley es que el padre logre un arresto de algún narco importante si quiere poder restarle tiempo a la condena de su hijo.
La trama parece algo disparatada pero supuestamente se basa en un caso real. De todos modos, una vez que empieza la acción, el director recuerda su pasado de doble de riesgo y las escenas vertiginosas borran cualquier duda sobre la coherencia del guión. A este nivel la película es más que sólida, y la verdad es que hasta Dwayne Johnson actúa bien, aunque por supuesto no a la altura de Susan Sarandon, que ofrece otra de sus brillantes composiciones, ni de Barry Pepper que logra interpretar con credibilidad a uno de esos típicos policías estilo Serpico.