Un caso más
Su título en castellano y los primeros quince minutos del film, bastan para conocer la trama y dar el impacto inicial de este relato que comienza como un thriller y va tomando forma de drama con algunos ribetes de acción.
Un padre recibe un duro golpe cuando su hijo adolescente va preso por involucrarse inocentemente en un negocio de contrabando de droga. Para poder reducir su condena, tendrá que infiltrarse dentro de una peligrosa red de narcotráfico, poniendo en peligro su vida y la de todos los que lo rodean.
El hecho de estar inspirada en un hecho real y centrarse en la presión que el personaje principal tiene por salvar a su hijo, permite al espectador interesarse por cómo un novato podrá lidiar con gente que se mueve en el mundo de las drogas y cómo terminará la historia.
Tras la acción del comienzo con una serie de situaciones verosímiles, y hasta cierto punto angustiosas, van delineando más un drama con cierto discurso político acerca de la perversión del sistema judicial y penal americano sobre el consumo y tráfico de drogas, que un thriller de acción.
Dwayne Johnson, asociado a habitualmente a roles de acción como en G.I.JOE o la saga Rápido y Furioso 6, intenta cambiar de registro encarnando a este padre desesperado. Pero el fisic tu rol del protagonista (más luchador que actor) que promete grandes enfrentamientos y situaciones de acción que no se cumplen, asociado a ciertos estereotipos en los personajes y algunas inconsistencias en la trama que diluyen el discurso político, hacen que el film termine convertido en un llevadero drama, con esparcidos picos de adrenalina en las breves peleas y persecuciones que consigue.
Si bien El infiltrado logra captar la atención del público hasta el final, la falta de emoción en las situaciones e interpretaciones, exceptuando la siempre correcta Susan Sarandon, hacen que uno termine recordando más a los actores y a los personajes que los grandes momentos de "acción"