Un héroe terrenal
El ex luchador de catch devenido en estrella de acción Dwayne Johnson, nos tiene acostumbrados a caracterizar a súper hombres en la pantalla, motivado por su gigantesco físico repleto de músculos. Sus últimas y eficaces apariciones fueron en la saga Rápido y furioso, donde sus tríceps enfrentaban cualquier adversidad. En El infiltrado (Snitch, 2012), opuestamente a lo mencionado, interpreta a un hombre común, con todas las vulnerabilidades que ello implica.
La película está basada en un caso real que puso tras las rejas a un adolescente por contrabando de drogas. El chico según el film, comete una ingenuidad al recibir de manos de un amigo un “paquete” en su hogar. La cuestión es que cae preso y la jueza (interpretada por Susan Sarandon) lo liberará sólo si el niño delata a otros contrabandistas. El chico se niega y continúa tras las rejas con todos los peligros que la situación para un niño de dieciocho años implica. Pero aparece una segunda solución negociada por su padre (Dwayne Johnson) directamente con la jueza: él será quién se introduzca en el mundo de las drogas para delatar a los delincuentes a cambio de la liberación de su hijo.
Como la historia lo indica, estamos frente a un relato de acción pero no fantasioso, sino con grandes componentes de drama que justifican el accionar de su protagonista. A la vez, los peligros que corre un hombre común ajeno por completo al universo delictivo, posicionan al personaje en constante tensión (presionado por la policía, por la jueza, por los delincuentes y por su compañero a quién involucra en la situación) dándole un plus al film.
Todo héroe de acción invencible ha tenido su versión más “realista”. Sylvester Stallone interpretó en Condena brutal (Lock Up, 1989) a un convicto de buen corazón acechado por el sádico director de cárcel que buscaba venganza. El eje de la película no estaba en la historia de venganza sino en las relaciones paralelas que el protagonista ponía en riesgo: a su esposa, a sus compañeros, a su hijo (apadrinado), etc. Son tales vínculos los que enriquecen la trama de acción y hacen vulnerable la vida del protagonista.
Con estos condimentos Dwayne Johnson da un paso adelante como héroe, participando de una historia donde importa más la trama que se cuenta que las explosiones que contenga. Atractiva, con mucha adrenalina, El infiltrado demuestra que todavía se pueden hacer películas de acción “de verdad”. Los espectadores agradecidos.