Condenan a un adolescente a una pena de treinta años de cárcel por venta de drogas. Su padre (Johnson), para conseguir que le reduzcan la condena y que salga en apenas unos meses, se pone en contacto con un narcotraficante de renombre.
El film está dirigído por Ric Roman Waugh, quien tiene pocas películas en su curriculum de director pero se destacó modestamente con Felon (2008), y lo coescribe junto a Justin Haythe.
Protagoniza Dwyne "The Rock" Johnson y participan Jon Bernthal (a quien recordamos con desprecio por su insoportable papel en The Walking Dead), Susan Sarandon, Barry Pepper y Michael Kenneth Williams.
¿Qué onda? Ésta es la película que Johnson quizo hacer para despegarse un poco de su imágen de chico rudo cara de piedra y buscar hacer un papel más actoral, en donde se vean un poco más sus expresiones y no tanto sus golpes. El problema es que desde el vamos, pese a ser un drama, está vendido como un thriller con altas dosis de acción, lo vemos en el trailer, lo vemos en el poster y en el film se nota un tira y afloje.
A Johnson es practicamente imposible sacarle su cara de piedra, le pone muchísimo empeño y lo bancamos (por eso y mil dosis de acción deserebrada que amamos por acá) pero no le alcanza para un papel dramático y sentido. No se quiebra cuando llora, le cae una lágrima y se seca entre la roca caliente, sin exagerar. Las escenas de acción están bien, pero son tranquilas al lado de las que nos tienen acostumbrados ya que es un thriller dramático, y anfatizaron más en eso. Vemos a Johnson, gigante, con su precencia, algo asustado, intentando ser un tipo normal... pero se lo ve forzado.
Jon Bernthal interpreta a un ex-convicto y hace un papel casi calcado del que hizo en The Walking Dead, un tipo agoviado por su pasado, temperamental, desbordado, intentando hacer lo mejor si importar las consecuencias. El resto del reparto casi no se destaca ya que no aparecen mucho, es prácticamente Johnson discutiendo con Sarandon y Bernthal antes de luchar contra infinitos lacayos narcotraficantes.
El manejo de los tiempos narrativos es bueno, pero hay una sobredosis de clima opresivo enfatizado con la banda sonora que marchita el entretenimiento. Puntualmente, hay unos violines y chelos de fondo, constantemente, a destiempo, entrecortados, que no te dejan apreciar lo que hay en pantalla.
No hay giros argumentales mágicos, y si bien no es algo trilladísimo, si es un guión clasicón, sin sorpresas.
Se inyectaron a presión escenas de acción para conformar a los que fueron a ver a The Rock golpear o hacer explotar todo y se buscó emocionar sin resultados. Por momentos se hace tediosa.
Esperemos que Ric Roman Waugh se vuelva a encaminar con su próxima película, que con Felon había hecho un certero y efectivo trabajo.