Watergate, Garganta profunda y el fin del sueño americano
La Casa Blanca, un presidente poco transparente y un hombre decidido a destapar la olla del escándalo más grande de Washington. Es difícil que esta clase de elementos no nos entreguen una historia interesante, y mucho menos cuando se trata de una historia verídica. El Informante (Mark Felt: The Man Who Brought The White House Down, 2017) nos pone en los zapatos de Mark Felton, el No.2 del FBI, que decidió convertirse en el famoso informante conocido por la prensa como “Garganta profunda” para hacer públicos los secretos del caso Watergate, aquel que obligó al presidente Richard Nixon a renunciar a su cargo en 1974.
Liam Neeson interpreta a Felt en el film dirigido por Peter Landesman, hombre curtido en el terreno de los secretos escondidos gracias a películas como Parkland (2013) y La Verdad Oculta (Concussion, 2015). Tras el fallecimiento del mítico director del FBI J. Edgar Hoover, su mano derecha Mark Felt siente la presión del Presidente Richard Nixon, quien pone en la silla del Buró de Investigación a un hombre de su riñón, alguien que juegue a favor del gobierno; una estrategia no recibida de buena manera por Felt y los suyos. En medio de un proceder que el propio agente considera indigno de su agencia, Felt decide ir en contra de aquello que más valora para intentar salvarlo, y es así como se convierte en el informante de dos importantes periodistas, ganándose el apodo de “Garganta profunda”. Los datos filtrados por Felt se vuelven piezas clave para develar el escándalo de Watergate, que involucraba al presidente de Estados Unidos y su administración, responsables de intentar ocultar casos flagrantes de abuso de poder.
Basada en la autobiografía publicada por el verdadero Mark Felt en 2006, no extraña que el peso de la historia descanse sobre los hombros de su personaje principal, retratado como el único hombre del FBI dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para salvaguardar el honor de la institución. La interpretación de Liam Neeson es un claro reflejo del temple autobiográfico de Felt y entrega momentos de brillo, dentro de lo que podríamos llamar una “película de escritorios” al estilo de la ganadora del Oscar En Primera Plana (Spotlight, 2015), donde el grueso de la trama tiene lugar en reuniones dentro de oficinas, despachos y otros ambientes similares que se vuelven el telón de fondo para exposición de los personajes. Eso sí, el duro acento irlandés de Neeson se cuela de vez en cuando para rompernos el encanto.
Diane Lane, Josh Lucas, Michael C. Hall y Tom Sizemore son algunos de los nombres Clase A que completan un reparto de lujo, haciendo su juego de buena manera dentro de un relato cuyo foco nunca abandona a Felt y entrega un thriller político bien ejecutado que se beneficia gracias al plus de “basada en hechos reales”.