A diferencia de “Todos los hombres del presidente” aquí, el punto de vista elegido por el guionista y director Peter Landesman, basado en el libro del protagonista y John O`Donell, se basa en la personalidad, las razones y el juego interno de Mark Felt. El fue el apodado “Garganta profunda” (un nombre que lo molestaba porque aludía a la película pornográfica) que ayudó de manera fundamental a destapar el escándalo de Watergate., El fue el segundo del todopoderoso Hoover y cuando su jefe muere, estaba seguro de sucederlo y mantener al FBI con su mismo estilo, incluidos los archivos secretos. Pero el presidente Nixon no lo nombra, pone en su lugar a un hombre de dudosa moral para Felt y el destruye los archivos comprometedores antes de entregarlos al nuevo jefe. Cuando ve que la ingerencia del Poder ejecutivo en lo que sería el gran affaire de espionaje contra el partido demócrata, pretende comprometer a la agencia a la que entregó su vida, decide filtrar información. Por convicción o quizás hasta por venganza personal. Todo el film esta basado en su psicología y encuentra en Liam Neeson al actor perfecto, frío, contenido pero con gran entrega. Es lo mejor de la película, que por momentos se distrae en historias paralelas y carece de mucha acción. Hasta el fácil encontrar cierto paralelismo entre la gestión Nixon con el comportamiento del actual presidente de EEUU. Interesante, ascética.