"El informante", confundir es controlar
Para los que esperen ver un filme de intriga política, "El informante" no es lo suficiente atractiva ni logra el suspenso necesario en una historia archi conocida: la de Mark Felt, apodado "Garganta profunda", funcionario del FBI e informante de los periodistas que revelaron el caso Watergate, uno de los escándalos de corrupción histórico en los Estados Unidos que concluyó en la renuncia del presidente Richard Nixon.
En este caso, la trama está enfocada en la vida de Felt, en su perfil psicológico, moral y sobre todo en las luchas de poder y tráfico de datos confidenciales en las que el protagonista se ve atrapado, entre la Casa Blanca, la CIA y el mismo FBI. A diferencia de "Todos los hombres del presidente", la película de Alan Pakura de los años 70, "El informante" es un drama en el que seguimos paso a paso las decisiones de Felt, profundiza en su vida privada y en la búsqueda de su hija, desaparecida tiempo antes del escándalo político. Estas escenas de familia hacen que el film pierda la adrenalina y el suspenso de la intriga política.
Un medido pero intachable Liam Neeson encarnando a Mark Felt (aunque un poco venido a menos y no tan contundente como en sus películas de acción), está acompañado por Diane Lane en el rol de esposa y estratega. Basada en el libro que el propio Felt escribió antes de morir en 2008, dirigida por Peter Landesman y con la producción de Ridley Scott, este filme de conspiraciones se enreda entre nombres de políticos, funcionarios y espías, en unos primeros cuarenta minutos que piden mucha atención para no perder el hilo de la historia.