Mazinger Z" es también la historia de millones de personas que han seguido en su infancia a este robot imbatible de origen japonés diseñado por Go Nagai. Y justamente a 50 años de la creación de este animé de culto y a 45 años de la serie de televisión que unió generaciones, es que llega a los cines "Mazinger Z: Infinity". Más que un filme es un episodio extendido de aquella serie, donde en tan solo 95 minutos se intenta desarrollar una trama que conjuga diversas problemáticas, con el único objetivo de demorar el momento esperado: el despliegue de trucos de Mazinger. Con momentos románticos y dramáticos entre los personajes, mensajes ecológicos, la división entre el bien y el mal y la ciencia ficción con la posibilidad de mundos paralelos, el director Junji Shimizu parece sin querer reflejar la cultura nipona: preocupación por el medio ambiente (con variadas imágenes del monte Fuji como símbolo), un ideal de la paternidad (donde entra en juego la importancia de formar una familia tradicional), y una proyección a escala mundial de que "lo que pasa en Japón le afecta al resto del mundo". Koji Kabuto es ahora un joven científico con una carrera brillante y conflictos de pareja (otro de los viejos personajes, la piloto Afrodita). Sin embargo, aparecerá un misterioso robot de grandes dimensiones - Infinity- y con él la tentación de Dr. Infierno de volver a conquistar el planeta y sembrar el caos; lo que finalmente llevará a Koji a tomar cartas en el asunto. Aparecen nuevos personajes con roles destacados femeninos (sin embargo en exceso de voluptuosos y provocativos) que se suman a una historia que deja abierta la puerta a próximas sagas, de tramas cada vez más rebuscadas pero con la intención de preservar este mítico tanque de robots humanoides.
Romper el silencio puede ser algo aterrador. Así lo entendió el director John Krasinski, también guionista de “Un lugar en silencio”, que en inglés lleva el título un poco más irónico de “Un lugar tranquilo”. De tranquilo no tiene nada el pueblo en el que se desarrolla el tercer largometraje del protagonista de “Jack Ryan”. En el antes apacible lugar ya no vive nadie. Todo está abandonado y no se sabe si la gente huyó en masa, aunque un cartel con anuncios indica que todo empezó con la desaparición de decenas de personas. La causa se conoce también a los pocos minutos y la tensión se mantiene a lo largo de la hora y media de este filme protagonizado también por Krasinski y Emily Blunt, su mujer en la vida real, que interpretan a una de las pocas familias que aun vive en esa zona en la que hasta respirar puede ser fatal y en la que la única forma de comunicarse es por el lenguaje de señas. Todo para evitar a extrañas criaturas ciegas pero con un agudo sentido de la audición para cazar a sus presas. “Un lugar en silencio” sobresale entre las producciones del género por la originalidad y simplicidad de su propuesta, su puesta en escena y el ritmo sostenido. Solo al final, Krasinski cede algo a las convenciones del melodrama, lo que no invalidad el sólido resultado final.
La gema del cine paraguayo ha llegado. Con una trama atractiva, personajes entrañables y una atmósfera por momentos bizarra, "Los buscadores" logra posicionarse como una gran película en la que prima la acción y el humor con un sello paraguayo. La leyenda cuenta que durante la Guerra de la Triple Alianza, en Paraguay, fueron enterrados tesoros para que no cayeran en manos enemigas. A partir de esa premisa, el filme, dirigido por Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori ("7 cajas"), cuenta la búsqueda de un tesoro en el centro de Asunción a cargo de dos jóvenes amigos que utilizan un antiguo mapa. Manu (Tomás Arredondo) y Fito (Christian Ferreira) son dos canillitas que viven en la Chacarita. Manu vive con su madre (Nelly Dávalos), su hermano menor y sus abuelos (Jesús Pérez y Amada Gómez). El abuelo está postrado tras haber sufrido un ACV y deja al nieto un libro donde el joven descubre las claves de un tesoro enterrado. Así, con la ayuda de su gran amigo Fito y don Elio (Mario Toñánez), un antiguo buscador de plata, buscará el tesoro. Necesitarán también el apoyo de Ilu (Cecilia Torres), que trabaja en la casa donde creen que está enterrado el tesoro. Además de la cautivante aventura, el filme se encarga de retratar el drama de la inundación y las familias quebradas, pero con el humor y la ironía como principal condimento. La fantasía y el suspenso se entrelazan con la comedia y el romance, por momentos ingenuo y enternecedor. Eso sí, sin perder la chispa y el misterio hasta el final. Un triunfo.
Tras el deseo perdido Victoria Spick es una joven abogada, tiene dos hijas, una casa desordenada, se le complica encontrar niñera, está divorciada y su ex marido es un escritor que a través de un blog cuenta intimidades de ella con nombre y apellido. Además, un amigo con problemas de pareja la involucra en un juicio absurdo, donde hay perros y monos de testigos. Pero eso no es todo, porque lo que realmente preocupa a Victoria (la bella Virginie Efira) es su libido. Con mirada femenina, la directora francesa Justine Triet se ocupa de retratar lo difícil que es encontrar con quien tener sexo y reconectarse con el deseo, entre citas vía Internet que salen mal, borrachos que se le acercan en fiestas y aburridos que filosofan toda la noche sobre el Big Bang. La protagonista buscará respuestas en psicólogos, psiquiatras, videntes y hasta se hace acupuntura, sin saber que la clave está frente a sus ojos. "Victoria" ("y el sexo", un agregado al título original) es una comedia romántica que pone de manifiesto lo estresante y absurda que puede ser la vida moderna, entre los parámetros y las exigencias del éxito y la belleza impuestos, y la aceptación sincera del otro y de uno mismo tal cual somos.
“Venimos a hablar del sida ya que el Estado no lo hace”, dice en perfecto francés el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart en “120 pulsaciones por minuto”, el filme del director franco-marroquí Robin Campillo, ganador del Gran Premio del Jurado y del Fipresci en Cannes, además de elegida por Francia para competir por el Oscar a mejor película extranjera, nominación que se dará a conocer el 23 de enero próximo. Ambientada en los 90, trata sobre la batalla (todavía hoy vigente) que libran día a día los portadores de VIH. Fue una década en la que poco y nada se sabía sobre el sida, en la cual el Estado y los laboratorios farmacéuticos no daban ni tenían respuestas, a la par que la enfermedad se expandía y se cobraba víctimas muy jóvenes, consumidos en poco tiempo por el virus. Focalizada en el grupo Act Up (colectivo militante formado en 1987), es la historia de Sean (un gran Nahuel Pérez Biscayart) y su pareja Nathan (Arnaud Valois) ambos participantes del colectivo y portadores. La película va y viene de la vida privada a la vida pública de sus protagonistas, detalla aspectos médicos y clínicos de la enfermedad (células T4, candidiasis oral y los efectos secundarios del AZT), y las reuniones que mantenía el grupo ante cada acción a tomar, manifestaciones pacíficas o violentas, escraches a laboratorios y entrega de preservativos en escuelas. El director logra un filme sin golpes bajos, un drama por momentos casi documental y con una gran dosis de realismo dada por el manejo de cámara, dando un respiro con poéticas imágenes de noches en discotecas y de los cuerpos desnudos de sus protagonistas. Una historia de amor atravesada por la enfermedad así como también por la libertad y la esperanza.
"El informante", confundir es controlar Para los que esperen ver un filme de intriga política, "El informante" no es lo suficiente atractiva ni logra el suspenso necesario en una historia archi conocida: la de Mark Felt, apodado "Garganta profunda", funcionario del FBI e informante de los periodistas que revelaron el caso Watergate, uno de los escándalos de corrupción histórico en los Estados Unidos que concluyó en la renuncia del presidente Richard Nixon. En este caso, la trama está enfocada en la vida de Felt, en su perfil psicológico, moral y sobre todo en las luchas de poder y tráfico de datos confidenciales en las que el protagonista se ve atrapado, entre la Casa Blanca, la CIA y el mismo FBI. A diferencia de "Todos los hombres del presidente", la película de Alan Pakura de los años 70, "El informante" es un drama en el que seguimos paso a paso las decisiones de Felt, profundiza en su vida privada y en la búsqueda de su hija, desaparecida tiempo antes del escándalo político. Estas escenas de familia hacen que el film pierda la adrenalina y el suspenso de la intriga política. Un medido pero intachable Liam Neeson encarnando a Mark Felt (aunque un poco venido a menos y no tan contundente como en sus películas de acción), está acompañado por Diane Lane en el rol de esposa y estratega. Basada en el libro que el propio Felt escribió antes de morir en 2008, dirigida por Peter Landesman y con la producción de Ridley Scott, este filme de conspiraciones se enreda entre nombres de políticos, funcionarios y espías, en unos primeros cuarenta minutos que piden mucha atención para no perder el hilo de la historia.
"Thor: Ragnarok", chispas de comedia La tercera saga de Thor sorprende más por sus momentos de comedia que por los dramáticos obstáculos que todo protagonista tiene que superar en las películas de superhéroes. Bajando un poco los niveles de solemnidad de los dos filmes anteriores, el Dios del Trueno se divierte ridiculizándose a sí mismo con el resto de sus compañeros "Vengadores": un Hulk confundido en una especie de circo romano donde deberán luchar como gladiadores y una rebelde y rockera Valkiria (Tessa Thompson) para sumarse a su misión por el cosmos. Thor queda prisionero y sin su martillo del otro lado del universo, donde se cruzará con su hermano Loki, en la encrucijada de volver lo más pronto posible a Asgard para impedir el Ragnarok (la destrucción su civilización), en las manos de la cruel y todopoderosa Hela, su hermana y primogénita de Odin (Anthony Hopkins), que regresa con toda la furia para quedarse con el reino. Con un mensaje de ayuda a los expatriados y exiliados del mundo por conflictos bélicos, "Thor Ragnarok" no defrauda a los fanáticos del cómic. Vale la pena verla en 3D sólo para el espectador que busca un extra en efectos especiales en las escenas de acción. Además, el nuevo tanque de Marvel no escatima en actores: Cate Blanchett impacta como villana y Mark Ruffalo como Bruce Banner se lleva los aplausos; Jeff Goldblum es un dictador psicodélico e Idris Elba un valiente Heimdall. Hay actores de Hollywood encubiertos en la piel de Dr. Strange y un Loki y Odin ficticios, pero habrá que ir a ver la película y estar atentos para detectarlos. Para rematarla, en el soundtrack está incluído el potente tema "Inmigrant song", de Led Zeppelin.