El informante

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Garganta Profunda.

Durante 1972 se dio en Estados Unidos el escándalo político más importante de su historia, que llevó a la renuncia al recién reelecto Richard Nixon. En los meses previos a la elección, un grupo de hombres fueron descubiertos instalando equipos de vigilancia clandestina en la sede central del Partido Demócrata, opositor al gobierno. Pese a los intentos de encubrimiento y las presiones políticas para contener el tema, los implicados, ex agentes de inteligencia o del mismo FBI, manifestaron haber actuado bajo órdenes de gente muy cercana al presidente.

Con treinta años de servicio, Mark Felt (Liam Neeson) era en ese entonces el segundo hombre del FBI y esperaba reemplazar a su fundador John E. Hoover, pero coincidiendo con las detenciones nombran a alguien de afuera para dirigir la institución. Además de desilusionarse, comienza a sospechar que los verdaderos motivos del nombramiento fueron el poner en el cargo a alguien obediente al gobierno que acepte participar del encubrimiento.

Aunque oficialmente incapaz de investigar con libertad y difundir la información del caso, se convirtió en el informante conocido por la prensa como “Garganta Profunda” y fue el principal detonante de la crisis que se desencadenó en los meses posteriores.

Denle un arma a Liam:
Usualmente el biopic es un género a mitad de camino entre la ficción y el documental, que tiene que enfrentarse al desafío de tener que contar de forma interesante una historia atada a datos históricos. El informante Mark Felt mantuvo en secreto durante más de tres décadas su rol en la crisis política más grande de su país, y es ahora la principal fuente de la historia que cuenta la película, por lo que no sorprende que lo retrate como un hombre de estricto código moral dispuesto a cometer un crimen con tal de no ver cómo un gobierno corrupto se sale con la suya, por más que leyendo un poco entre líneas se insinúa otra historia menos honorable.

Nixon es uno de esos extraños casos de presidentes reales o ficticios que el cine se permite no mostrar como un paladín de la democracia y la transparencia, pero necesitan ponerle enfrente a varios personajes que permitan contar sus abusos de poder sin perder la oportunidad de darle una carga patriótica. La historia que cuenta El informante es tan limitada que la única forma de hacerla parecer una película es estirándola con un ritmo muy lento y algunas líneas secundarias intrascendentes, haciendo parecer que cuentan algo más, sin profundizar en lo poco creíble que resultan buena parte de los personajes, incluyendo la remarcada rectitud de su protagonista.

El informanteVisualmente la película es muy intrascendente, hasta el punto que la escena de créditos iniciales parece la introducción de House of Cards puesta en cámara lenta, recorriendo la ciudad con tanta parsimonia que aburre hasta antes de empezar a contar la historia.

El amplio reparto que encarna a los numerosos personajes reales son también intrascendentes, tanto por guión como por interpretación, ante la continua presencia de Liam Neeson: teniendo en cuenta el guión que le dieron, alcanza un nivel mínimamente aceptable pero a la vez no parece tener muy claro cómo es que ese agente del FBI que interpresa no resuelve todo a los tiros como siempre.

Conclusión:
Con una trama que se arrastra para avanzar y actuaciones sin carisma, El Informante no atrae ni por su interés histórico.