El intérprete (Timocnik) es la nueva película del cineasta eslovaco Martín Sulik, realizador de filmes como Neha, El jardín y Gypsy. No obstante, el dato más interesante de esta co-producción entre Eslovaquia, República Checa y Austria que llega a los cines argentinos, es que uno de sus protagonistas es Jirí Menzel, uno de los nombres claves de la Nueva Ola Checoslovaca, director de películas como Trenes rigurosamente vigilados, Un verano caprichoso, Mi dulce pueblito o Yo serví al rey de Inglaterra.
La historia de El intérprete comienza cuando Ali Ungar (interpretado por Menzel), un hombre de unos 80 años, decide ir a buscar al responsable de la muerte de sus padres, al darse cuenta mediante un libro escrito por un ex oficial de la SS de que fueron asesinados por orden de este. Una vez llegado al lugar en cuestión, se encontrará con Georg Graubner (Peter Simonischek), hijo del oficial Graubner, quien le informa que este no se encuentra, debido a que está muerto desde hace años, y poco sabe de lo que hizo en vida, aunque no le son ajenas las actividades que realizó su padre durante la Segunda Guerra Mundial. Pese a no iniciar esta relación de la mejor manera, por razones evidentes, Georg decide posteriormente ir al encuentro con Ali y contratarlo, para realizar un viaje e investigar sobre el pasado de su padre. Una vez embarcados en el viaje, las personalidades contrapuestas de ambos no tardarán en hacerse notar; uno más serio, conservador, estructurado; el otro más alegre, liberal y despreocupado. Pese a los problemas que de esto puede devenir, parte de lo planeado lograrán llevarlo a cabo.
SI bien en El intérprete Martin Sulik toca un tema muy recurrente, es interesante la propuesta en algún sentido, ya que, sin dejar de lado lo dramático que es propio de una historia como la abordada, en instancias la desvía al plano de la comedia, logrando una interesante cruza de géneros, que coopera en la fluctuación de la cinta durante su primera mitad. Las actuaciones de Menzel y Simonischek es otro de los puntos destacables, jugando desde ese suerte de contrapuestos, cada uno muy acertado en su lugar, así como la utilización de la música, el trabajo de fotografía, y la exposición de ciertos paisajes que ayudan a la hora de imbuirse en la historia. Quizás lo mas cuestionable sea que la extensión algo larga de la cinta se perciba de manera muy marcada por momentos, generando cierta desconexión con la trama, y que no todo lo referido al plano de lo humorístico funcione, siendo algunas situaciones recurrentes y oportunas, mientras que otras resulten poco atractivas. Por lo demás, El intérprete es una propuesta válida de ver.