Los protagonistas Georg Graubner (Peter Simonischek, “Toni Erdmann”) y Ali Ungár (Jirí Menzel), este último es viudo y su rostro está teñido de tristeza, inician un viaje por carretera a Eslovaquia, van conociendo otros personajes, surgen distintos contratiempos, situaciones divertidas y otras agridulces. Este recorrido emocionante por las vidas de estas personas es una roadmovie, que pese al dolor que pueden ocasionar algunas escenas, cuenta con una impresionante fotografía, actuaciones excelentes y su música acompaña generando buenos climas.
Contiene material de archivo en blanco y negro, con imágenes duras, dentro de sus relatos nos encontramos con cuestiones de culpa, olvido, recuerdos, venganza, reparación y perdón, todo con un ritmo pausado, algunas secuencias tienen diálogos poco efectivos pero con final bien logrado.