UN JUEGO PESADO
Otra de magos y de escuelas espectrales, con celadoras implacables y autoritarismo, una fábula con algo de Harry Potter y esa mezcla de encierro y misterio que tiene como centro a un nene lleno de preguntas. Como siempre, lo que da aliento narrativo es el espíritu de búsqueda, un impulso que se alimenta de curiosidad, deseos y atrevimiento. Pero el film no atrapa. Es muy oscuro para los chicos y muy inocente para los grandes. Las novelas de Pablo de Santis se apoyan en historias muy bien aceitadas. Y aquí orilla lo fantástico sin decidirse a ir más allá de la agradable impostura. Es lujosa y cuidada y apunta al mercado extranjero y a una franja etaria muy consumidora. Pero se queda a mitad de camino. Le falta ritmo, ocurrencias, impacto, más vivacidad y más sorpresas. Ni da miedo ni da risa. Se demora más de la cuenta y algunos saltos narrativos le agrega distracciones a un producto discreto que está allí, con algo de ingenio y poca fantasía. En resumen, juegos sin gracia en la República de los Niños.