Pese a la enorme cantidad de buenas historias que se pueden encontrar en la literatura argentina dedicada a los chicos, el cine nacional siempre ignoró por completo estas propuestas.
En otras partes del mundo lograron adaptar con éxito novelas populares que brindaron excelentes películas familiares. Suecia lo hizo con el clásico de Astrid Lidgren, Ronja, la hija del bandolero (1984), Alemania con Momo (1986), basada en la novela de Michael Ende y ni hablar los norteamericanos que no dejan pasar una en esta cuestión.
En Argentina, al margen de los trabajos realizados en la animación, es muy difícil encontrar una buena producción para chicos que merezca su recomendación. En los años ´70 y ´80 se hicieron algunas cosas, pero eran horribles y presentaban argumentos mediocres.
Parece que de a poco esta situación empieza a cambiar. El año pasado se estrenó la adaptación cinematográfica de Caídos del mapa y ahora le tocó el turno a El inventor de juegos, la novela juvenil de Pablo De Santis.
A través de una co-producción internacional entre Argentina, Colombia, Venezuela e Italia lograron desarrollar un producto de calidad que reunió muy buenos artistas.
La dirección corrió por cuenta del argentino Juan Pablo Buscarini, quien previamente había realizado El ratón Pérez y El arca.
En este caso trabajó un argumento menos infantil dirigido a espectadores mayores, a partir de los 10 años, que son los que van a disfrutar mejor esta historia. La película es una de las producciones más ambiciosas que se hicieron dentro de este género en nuestro país y presenta sus mayores virtudes en los aspectos técnicos.
Bucarini contó con excelentes colaboradores como el director de fotografía Roman Osin, quien había trabajado en Orgullo y prejuicio (Keira Knightley) y el diseñador de producción Dimitri Capuani, cuya labor se destacó en Pandillas de Nuevas York, Regreso a Cold Mountain y El príncipe de Persia.
El trabajo de Capuani, especialmente, es fabuloso y me encantó la manera en que usó las locaciones de La República de los Niños, de la ciudad de La Plata, y las ambientaciones que creó para el tercer acto de la trama, que se desarrolla dentro de un barco.
Es loco porque este film fue filmado íntegramente en Argentina pero el reparto está conformado en su mayoría por actores extranjeros.
El rol protagónico quedó a cargo de David Mazouz (el joven Bruce Wayne de la serie Gotham), quien en este caso trabajó junto a Mega Charpentier (la nena del film de terror Mamá) y veteranos como Ed Asner (una leyenda de la comedia norteamericana), Joseph Fiennes y Tom Cavanaugh (El oso Yogi). Entre los actores argentinos aparecen en roles muy secundarios Alejandro Awada y Vando Villamil.
En la versión doblada al castellano las interpretaciones quedaron más equilibradas con el doblaje latino.
Aunque la trama juega por momentos con cierto realismo mágico, el conflicto central se enfoca a pleno en las aventuras de misterio más que en la fantasía. Una historia que además transcurre en un mundo particular, donde los avances tecnológicos e internet no tienen cabida y los juegos de mesa son los entretenimientos más atractivos para los chicos.
El inventor de juegos es un film ameno y entretenido que consiguió brindar una propuesta familiar bien realizada.
Motivos más que suficientes para alentar su recomendación.