Estamos ante una más que correcta adaptación del clásico literario de Orson Scott Card, un filme de tintes épicos, con una narración ágil, un estupendo elenco con veteranos como HARRISON FORD y BEN KINGSLEY y un grupo de actores adolescentes a la altura de las circunstancias.
Buenos efectos especiales, y un diseño de vestuario y sobre todo, un ritmo narrativo intenso, hacen del filme una interesante opción en su género.