Al servicio del juego
Basada en la exitosa novela de Orson Scott Card, El juego de Ender (Ender´s Game, 2013) plantea una historia de ciencia ficción atrapante, que respeta las características propias del género y le aporta algunos aspectos nuevos. Harrison Ford y Asa Butterfield se lucen en la nueva película del director sudafricano Gavin Hood (X-Men Orígenes: Wolverine, 2009).
En un futuro cercano las hazañas de Mazer Rakham (Ben Kingsley), comandante de la Flota Internacional, logran salvar al planeta Tierra de un ataque alienígena. Pero el temor a que una nueva invasión ponga en riesgo a la humanidad, lleva a las fuerzas militares mundiales a crear un fuerte entrenamiento dirigido a los adolescentes más aptos. Ender Wiggin (Asa Butterfield) es un joven que cuenta con todos los requisitos necesarios para ingresar a la Escuela de Batalla, dirigida por el Coronel Hyrum Graff (Harrison Ford) y Gwen Anderson (Viola Davis). Allí, conocerá su personalidad frente a los desafíos, y practicará numerosas estrategias (en ocasiones similares a las de los videojuegos) que le permitirán, quizás, convertirse en el próximo héroe.
Al leer la síntesis de su argumento, El juego de Ender podría ser confundida con films de ciencia ficción como Día de la independencia (Independence day, 1996). Pero quienes leyeron el libro de Orson Scott Card saben que la historia presenta una profundidad mayor, que invita al espectador a reflexionar sobre las reacciones que provocan las situaciones bélicas en las nuevas generaciones, tanto a nivel personal como social.
¿Es necesario exponer a los jóvenes a una práctica semejante? ¿Hasta qué punto son dueños de elegir lo que desean hacer? ¿Qué rol ocupa la moralidad? Estos son algunos de los interrogantes que expone la película de Hood, acompañados por excelentes efectos especiales que la confirman como una fiel representante del género.
El joven Butterfield (La invención de Hugo Cabret, 2011), quien ya ha dejado de ser una “promesa” para consolidarse en la actuación, logra que los momentos emotivos traspasen la pantalla a través de la expresión de sus ojos. Sin duda, la experiencia de Ford respalda cada escena que realizan juntos, lo que da por resultado un contrapunto sin desperdicios.
Efectos muy bien logrados, grandes actuaciones y un libro que deja en evidencia varias aristas que no suelen tratarse en las típicas películas de ciencia ficción, hacen de El juego de Enderun film sobresaliente. Es probable que se convierta en un fenómeno adolescente porque tiene todo para serlo. Pero lo importante es que, si lo consigue, además de entretener a los jóvenes los dejará pensando.