El juego de la fortuna

Crítica de Dialoguista Cinéfila - Diálogos Cinéfilos

Mucho se habló ya de esta película, sobre todo de la historia real que hay detrás de ella, y además de su guión bien adaptado. Poco más voy a decir de eso. Lo que quiero es hacer hincapié en dos cuestiones que a mi me gustaron mucho de la película.
Una, el uso de los planos, sus tamaños y sobre todo, como se usa el fuera de campo y el sonido.
La otra, la evolución del personaje principal en cuanto a emotividad, también reflejada no solo desde el guión sino también desde la dirección.

Como todos saben, esta es la historia de un equipo que cambio las reglas del juego, al formar un equipo basado en estadísticas, cosa que no se hacía hasta el momento. Poco importaba si el jugador no tenía autoestima, estaba casi retirado, o no fuera completo. Con una base matemática de lo que cada uno lograba en el campo de juego, se elaboraba una planilla en donde lo que uno no daba, lo daba otro jugador, y así se lograba formar un equipo competitivo. Si algún equipo contrario no podía ser derrotado en una forma de partido, se buscaba en cuál otra si se podía, y se hacía hincapié en esa. Lo entenderán mejor cuando vean la película ya que explicando deportes soy de terror. Pero la cosa es que el sistema tenía poca psicología y mucho número.

Y en ese aspecto, encontramos a un Brad Pitt, con poca sensibilidad, distante de los jugadores del equipo, creyendo en esta teoría de los números que muy bien le estaba enseñando su compañero de equipo.
Pero lo interesante, es que si bien los números lograban una diferencia, hasta el mismo matemático, entendió a lo largo de la cinta, que el jugador no deja de ser un ser humano, y debe creer en si mismo. Por eso, la cinta evoluciona. Los jugadores dejan de ser tratados como cosas, Brad Pitt logra acercarse más a ellos. Y hasta se deja involucrar más sentimentalmente él, romper también él barreras (como cuando se mete en el estadio, cosa que jamás realizaba). Y es ahí mismo, donde los números cierran.
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Una de las mejores escenas.
El otro punto es el montaje, el cómo se usa lo que esta fuera de la pantalla. El rostro de Brad Pitt y que eso nos diga algo de lo que esta pasando en el juego pero que no vemos. Y dentro del mismo partido también, mostrando la porción que mejor logra un efecto de tensión en el espectador. O bien, el protagonista manejando y nosotros sabiendo que el partido se esta jugando. Ese juego en el montaje, le suma muchísimo a la película. La hace no solo más dinámica, sino más interesante.

Lo demás, ya se ha dicho: buenas actuaciones, poca emotividad, pero no nula, como decía antes, esas emociones van surgiendo de a poco en la cinta, hasta un final en el que sin duda, si no lo habíamos hecho antes, terminamos adorando al protagonista.
Para terminar, la fotografía va a cuenta de Pfister, siii!!!
Si todavía no la vieron: Se las recomiendo.