Vencer las Frustraciones
El Juego de la Fortuna o Moneyball es una película a tener en cuenta, no sólo porque es una de las que suena fuerte para la próxima entrega de los Oscars, sino porque es una muy buena historia que tiene como marco de desarrollo ese deporte tan extraño para nosotros que es el Baseball (sobre todo para los que estamos bien al sur). Entre tantas cosas que no me copan, los films sobre historias de Baseball están a la cabeza, pero esta vez debo admitir que me gustó bastante, sobre todo esa especie de radiografía que hace el director sobre como funciona realmente el mundo profesional de este deporte en particular. En los últimos años se han presentado algunas muy buenas películas que incluyen un pantallaso al mundo del deporte de competición ("El Luchador", "El Cisne Negro", "Millon Dolar Baby"), cuestión que junto a la historia principal se convierte en algo irresistible y revelador. Una buena trama inmersa en un marco deportivo bien elaborado.
En Moneyball hay un desfile de pesos pesados como Brad Pitt, Philip Seymour Hoffman, Robin Wright y el ascendente Jonah Hill, pero a diferencia de algunas cintas bobas de este año llena de actores y actrices famosos desperdiciados, aquí cada uno tiene un rol conciso y muy bien trabajado. Las apariciones de Hoffman o Wright son pocas, pero son algunos minutos muy valiosos que le dan mucha presencia al film.
¡Ojo!, no es una peli sobre Baseball, sino que es parte importante de su trama, la historia en realidad está enfocada en el personaje que interpreta Pitt, Billy Beane, un ex jugador devenido en caza talentos que debe arreglárselas para ensamblar un equipo ganador con uno de los presupuestos más bajos de toda la liga profesional. Se suma al desarrollo también el equilibrio que debe mantener Beane entre sus problemas familiares, sus frustraciones y su trabajo.
No es una película sobre algo raro, innovador, extravagante o fantástico, simplemente es la historia de un hombre con una vida interesante contada con mucha pericia cinematográfica y talento, todo eso gracias al director Bennet Miller ("The Cruise", "Capote"). Es divertida y es dramática en una combinación que mantiene atento y entretenido al espectador. Sin dudas, una buena opción de fin de año.