El juego del miedo 3D

Crítica de Bernabé Quiroga - CiNerd

THE HOLLYWOOD SAW MASSACRE

Desde el año 2004 el cine ha sido bendecido con una dosis anual de hemoglobina y violencia otorgada por la franquicia que ya se ganó un lugar en el libro de records Guinness al ser la saga de terror más exitosa de todos los tiempos. Aunque lo de “terror” es relativo ya que los espectadores no se amontonan en las salas en que se emite alguna entrega de EL JUEGO DEL MIEDO para ser asustados, sino para alimentar ese deseo prohibido del psicópata que llevan dentro; esa sed de sangre que solo pueden saciar con la porno-tortura (o gorno, según algunos críticos) característica de la franquicia que este año se despide con una historia atrapante e híper violenta, que otorga a los fanáticos todo lo que querían ver. Y aunque algunas piezas no encajen a la perfección en este rompecabezas dirigido por Kevin Greutert, el increíble e inesperado final convierte a EL JUEGO DEL MIEDO 3D: EL CAPÍTULO FINAL (SAW 3D, 2010) en un producto disfrutable, entretenido y a la altura de las otras buenas entregas de la franquicia. Aunque sea difícil de creer, la saga más sádica de los últimos tiempos todavía tiene sorpresas.

Inmediatamente después del final de la película anterior, el desfigurado Hoffman (Costas Mandylor) y Jill (Betsy Russell), la esposa del difunto John Kramer (Tobin Bell), empezarán una lucha por el legado de Jigsaw. Mientras tanto, un grupo sobrevivientes a los “juegos” se reúne para buscar el apoyo de un experto en autoayuda: Bobby Dagen (Sean Patrick Flanery), un hombre cuyo oscuro secreto desatará una nueva ola de terror. Esta sin duda no será la más sangrienta - ¿Qué podría superar la cirugía de cerebro (SAW III, 2006) o la autopsia de Jigsaw (SAW IV, 2007)? - ni la más original - ¿Hay alguna idea más arriesgada que situar todo un film en un baño (SAW, 2004) o hacer que su historia suceda al mismo tiempo que la de la entrega anterior (SAW IV, 2007)? - pero si duda es una de las más interesantes. Primero porque, aunque el 3D no es aprovechado al máximo, el realismo que gana con esta nueva tecnología es de verdad aterrador y si hace, como lo anticipó la campaña de marketing, que las trampas cobren vida. Segundo porque va más allá de las críticas a los sistemas de salud, la crueldad humana, las adicciones y demás, para tocar un tema fresco y original: El palabrerío new age, las mentiras, sus bestsellers y el costo de la fama.

Tercero y no menos importante, por su impactante y gran final - tal vez el más sorprendente de todos - que logra salvar esta séptima parte de convertirse en una de las entregas menos eficaces junto a SAW II (2005), SAW V (2008) y SAW VI (2009). Lo que pasa aquí es que, al no lograr encajar de manera correcta sus historias (la de Jill Vs. Hoffman y la de Bobby Dagen), EL JUEGO DEL MIEDO 3D: EL CAPÍTULO FINAL se tropieza en más de una ocasión, desequilibrando la narración y haciendo creer al espectador que está viendo dos películas al mismo tiempo. Una es un inquietante thriller de suspenso con Jill y Hoffman en un terrorífico aunque algo alargado juego del gato y el ratón. La otra, con su canónica estructura, parece ser una floja secuela más de la saga, con un jugador intentando salvar a sus conocidos de las violentas trampas de Jigsaw en un laberinto de torturas similar a los de SAW II (2005), SAW IV (2007) y SAW VI (2009). Tal vez aquí los juegos no sean los más elaborados y su objetivo sea solo mantener al espectador interesado - o asqueado - mientras desarrollan la otra línea narrativa más relevante, pero la historia previa de Bobby Dagen que desata el torbellino de violencia evidencia un notable crecimiento creativo que valdría la pena exprimir en próximas entregas. Lamentablemente, la saga SAW ha llegado a su fin y, como nos tiene acostumbrados, el desenlace al ritmo de su frenético leitmotiv y su veloz montaje hace encajar ambas historias y sus piezas de manera inteligente. Esta vez el cierre parece y podría ser el definitivo. Un final casi perfecto y, a la vez, un impecable nuevo comienzo que satisface, sorprende y hasta hace cambiar por completo el punto de vista de toda la saga, pero que sigue dejando algunas preguntas que no estaría de más contestar. (SPOILERS) Por ejemplo, quienes eran los otros dos con la máscara de chancho que acompañaban al Dr. Gordon. (FIN DE SPOILERS)

Tal vez la duda más grande sea porque los responsables de SAW 3D decidieron comenzar su film con esa tortura pública presenciada por varios ciudadanos, en la que un juego de sierras amenaza las vidas de los jóvenes integrantes de un triangulo amoroso. Dicha escena no encaja ni tiene ninguna relevancia en la historia del film y es más que obvio que está allí solo para “enganchar” al espectador, impactar con el uso del 3D y mostrar/acusar a modo de espejo la morbosidad del ser humano que se preocupa más en registrar con su celular los violentos hechos que en ayudar a alguien que lo necesita. Sin embargo, y a pesar de que los trailers nos prometían que había llegado la hora de que todos sean testigos de la obra de Jigsaw, lamentablemente nada en esta secuencia tiene que ver con Bobby Dagen o el enfrentamiento entre Jill y Hoffman. Si no fuera por lo bien que está presentado, por su perversidad, su sangriento desenlace y la fuerza con que hace empezar el film, se podría simplemente prescindir de ella e ir a los bifes.

Al ser la séptima y última parte, es casi obligatorio que esta película cuente con algo de autoconciencia, referencias a los films anteriores y respuestas a preguntas pendientes. Pero, como a partir de la quinta parte la saga se malacostumbró a ignorar su procedencia, en más de una ocasión, EL JUEGO DEL MIEDO 3D: EL CAPÍTULO FINAL no le brinda el debido respeto a Jigsaw y a su legado. Como no podía ser de otra manera, el enorme Tobin Bell sigue formando parte de la franquicia a pesar de haber muerto en la tercera parte, pero su breve aparición es lamentable. Fuera de eso, este desenlace le otorga a los fanáticos todo lo que querían ver. Desde la legendaria trampa de la mandíbula (The Reverse Bear Trap) funcionando hasta regresar al baño donde comenzó todo, saber qué pasó con el Dr. Gordon después la primera SAW y formar otra vez parte de la atrapante y siniestra psicología políticamente incorrecta de Jigsaw que, con cada nueva secuela, uno va aceptando más y más.

Ya alejada por completo del terror para centrarse en el gore, la franquicia de EL JUEGO DEL MIEDO presenta su último acto y la pieza final de este puzzle cinematográfico que encaja justo. Dos historias entretenidas que se entrelazan como pueden, muchos personajes, actuaciones correctas - entre las que se destaca el tétrico Costas Mandylor (Detective Mark “abuso del cuchillito” Hoffman) -, litros de sangre y un desfile de dolorosas e impresionantes escenas. Esto compone el final de la historia de Jigsaw que, a lo largo de siete películas supo mantenerse en una misma línea, tanto argumental como estética. A esta altura, muchas otras franquicias de terror bordaban el ridículo - en FRIDAY THE 13th - PART VII: THE NEW BLOOD (1988) ya había un personaje con poderes psicológicos, mientras que en NEW NIGHTMARE (1994) el Freddy Krueger de las películas escapaba al mundo real para atemorizar a la actriz Heather Langenkamp -, pero SAW siempre trató de mantenerse fiel a su estilo. Y seis años después del comienzo, el mensaje sigue siendo el mismo: Valora tu vida. Pero, al no saber cuánta sangre estarían dispuestos a derramar para seguir viviendo, a los espectadores podría costarles trabajo cumplir con la petición de Jigsaw. Así que, por el momento, que al menos aprendan a valorar films como EL JUEGO DEL MIEDO 3D: EL CAPÍTULO FINAL. Ahora sí, "game over".