Duvall y Downey Jr. justifican un drama tribunalicio-familiar
Los dos actores que justifican ver esta película ya tenían cierta experiencia tribunalicia: Duvall fue el asesor legal de los Corleone en los dos "Padrinos" de ley, y además tuvo una de sus primeras apariciones como personaje secundario del superclásico "Matar a un ruiseñor" de Robert Mulligan (que no podía dejar de ser mencionado en esta película).
Menos legal, Robert Downey Jr. coprotagonizó un gran film semiolvidado, "Solo ante la ley (True Believer), de Joseph Ruben, donde interpretaba a un novato fascinado por la carrera de un legendario abogado defensor (James Woods) dedicado casi exclusivamente a sacar narcos de la cárcel.
El asunto es que "El Juez" no es un drama judicial a secas. Aunque no suene nada bien, la idea es llevar el género tribunalicio en el que brilló Sidney Lumet hacia el drama familiar. Duvall es un Juez acusado de homicido, y Downey Jr., un abogado rico y famoso especializado en los peores criminales, es su hijo y abogado defensor.
La mezcla de géneros lleva hacia la esperable confrontación padre-hijo que sólo es digerible gracias a estos dos grandes actores, que si bien se sacan chispas en algunas escenas culminantes, en realidad no tienen la mejor química del mundo. Y aunque hay ironía en muchos diálogos, el humor negro en el que se especializa Downey Jr. no abunda, algo curioso teniendo en cuenta que la película está dirigida por David Dobkin, el de comedias políticamente incorrectas como "Los rompebodas".
Pero en verdad el problema es que, una vez que la trama se centra en el duelo padre-hijo, la intriga judicial pierde interés, y con casi dos horas y media de metraje, el asunto puede resultar excesivo. Un elenco con Billy Bob Thornton y Vincent D'Onofrio -más o menos bien aprovechados- y la fotografía de Janus Kaminsky, son factores determinantes que equilibran todo a favor.