Dos estupendos actores que merecen ser nominados
Al director David Dobkin se lo conocía hasta ahora localmente sólo por dos comedias: “Los rompebodas” y “Si fuera yo”.
“El juez” (“The Judge”) representaba un gran desafío al encarar una obra dramática, en las antípodas de sus películas anteriores. Y lo menos que puede afirmarse es que sale totalmente airoso al enfrentar tamaño cambio de género.
Claro que el primer mérito es el acierto en el casting al haber seleccionado a dos señores actores para personificar a un padre, que da título al film, y a su hijo, un abogado exitoso.
Alejados desde hace años sólo un hecho trascendente como es la muerte de la esposa del magistrado llevará a que Hank Palmer (Robert Downey Jr) se traslade a un pueblito perdido del estado de Indiana, donde reside su progenitor (Robert Duvall), ejerciendo desde hace 42 años la carrera judicial.
También será la oportunidad para que Hank reencuentre a sus dos hermanos: el mayor Glen (Vincent D’onofrio) casado y feliz y el menor Dale (Jeremy Strong) con algún leve retardo mental.
Pero la trama se irá enredando cuando. a punto de despegar el avión que lleva al abogado de regreso a Chicago, reciba un llamado telefónico que lo obligue a volver al hogar paterno. Y la causa de tal cambio de planes es la noticia de que el juez sería el principal sospechoso del asesinato, a borde de su auto, de un ex convicto al que juzgó.
Joseph Palmer, tal el nombre del acusado, se resiste a que sea su hijo quien lo defienda y en su lugar elige al novato C.P. Kennedy (Dax Shepard), aceptando a regañadientes que éste sea asesorado por Hank. Claro que enfrente tendrá que lidiar con el fiscal, que encara el últimamente poco visto en cine Billy Bob Thornton.
La terquedad del padre llevará a que su hijo le diga en algún momento: “eres imposible de defender” o también le haga notar que “nunca estuvo en el banquillo de los acusados”.
De allí en más será el espectador quien empiece a preguntarse si acaso fue el juez quien lo mató en la ruta y, en caso afirmativo, si la muerte fue intencional o producto de un accidente.
Lo hasta aquí adelantado es lo máximo que se puede develar pero vale la pena señalar que habrá otras subtramas entre las cuales un reencuentro del abogado con Samantha, un amor de su juventud, una eficaz caracterización de Vera Farmiga (“El niño con el pijama de rayas”, “Amor sin escalas”).
“El juez” no es apenas una película más de tantas norteamericanas, donde hasta último momento no se sabe si el acusado es culpable o inocente. Es también un film rural, casi un género conocido como “Americana” (hubo incluso una bella película con ese título, dirigida y actuada por David Carradine). Y “last but not least” es una historia familiar con dos estupendas actuaciones que merecerían que Robert Downey Jr sea nominado como mejor actor principal así como Robert Duvall en el rubro actor de reparto.