No estoy segura que me sedujo más, si el título o el relato en “The Judge”. Si puedo afirmar que particularmente me llega por esa relación padre e hijo brillantemente encarnada por dos actores con una química tan feroz como elocuente. El juego de miradas sostenidas con rudeza, hacen verosímiles a sus personajes y capturan todo píxel de la pantalla con su escencia.
No se si se duda de como terminará el film. Creo que la vuelta no es su final, sino el cómo en el transcurso de la cinta se va desarmando la madeja familiar, los resentimientos y las cuentas impagas del pasado.
David Dobkin (“Wedding Crashers”) dibuja un padre (Robert Duvall) hosco, rígido, altivo, de tan sólida coraza que no esboza el sentimiento que su hijo desea contemplar. Un hijo que hizo méritos suficientes para ganarse el título de 'oveja negra', un abogado arrogante, un hijo irreverente y rebelde.
La tensión que surge de dos personas, ligadas por la sangre, por el amor no expresado y por reclamos ahogados en silencio mantienen atenta la mirada del espectador que busca comprometerse, conmoverse. Nos conduce a repensar el pasado, reconfigurar los roles, actualizarlos y verlos real. Una historia con algunos clichés, pero que no cae en la vacuidad de escenas repasadas en la mente.
Tiene cierto dejo de “Agosto” en ese desorden familiar que cada integrante comparte y el director no duda a la hora de usar algunos gags que distienden momentos muy bien logrados como el de ambos actores en la escena del baño, una de las mejores de la película, con una variación de tono excelente.
Duvall y Downey Jr garantizan placer visual, ambos ponen todo de sí para que el drama que se propone en el guión sea creíble y pueda captarse mas alla de la pantalla. Lo logra con eficacia. Hank (Downey Jr) quien se encuentra resolviendo su divorcio y la custodia legal de su hija de 7 años y en medio de un juicio recibe la noticia de la muerte de su madre. Debe viajar a su pueblo natal, lugar del cual se fue hace ya muchos años para nunca mas volver y en donde su padre Joseph Palmer es un respetable y correcto juez.
Dolor por la pérdida de su madre y por la relación áspera y resquebrajada que sostiene con su padre, además de su escueta vinculación con sus hermanos Glen (Vincent D'onofrio) y Dale (Jeremy Strong) dejan a Hank listo para huir nuevamente del lugar. Sin embargo, un hecho inesperado que pone en el banquillo de los acusados a su progenitor, lo conducen a redimir su dèbil relación, representandolo en un juicio.
Dobkin sabe aprovechar a sus actores y le saca rédito al hecho de que sus personajes son miembros de una profesión de 'ley'. Inunda la narración de pirotecnia verbal y talento para la exhibición retórica. El uso correcto de la elipsis, mantiene la linealidad temporal del relato sin que el espectador resulte agobiado. Dobkin logra magníficamente transmitir la complicada dinámica de un padre y un hijo que, bajo la excusa del juicio hacia su padre como manera de acercarlos(trama criminal), de fondo reluce la verdadera trama sustentada en el ambiente familiar y sentimental del personaje.
Aunque por momentos no resulta del todo pareja, la cinta de Dobkin tiene sus perlas. La nómina de secundarios le dan mas lustre, con Una Vera Farmiga (una novia del pasado) que sabe como robarse los planos. Billy Bob Thorton (abogado)compone un personaje intimidante; Jeremy Strong (Dale) con un papel cálido. Y quién dice, quizás de este film, surja algún nomindado para la preciada estatuilla, por tamañas interpretaciones. Yo, ya tengo mi favorito. Anda a verla. No decepciona