La adaptación del comic de Mark Millar y Dave Gibbons cobra forma en esta simpática cinta protagonizada por Colin Firth (a quien sigo en cada producción en la que aparece), emblema de la elegancia británica para los productos ingeniosos y estructurados. En esta oportunidad, el notable actor da vida a un veterano agente de la agencia ultra secreta Kingsman, quien se embarca en la tarea de entrenar al hijo de un amigo, fallecido hace ya muchos años durante una misión. La principal cualidad de que le aporta su director, Matthew Vaughn (y por la cual funciona) es que apunta a un público con mirada y percepción adulta, de cierto recorrido en el cine de espias, y juega con elementos que se conectan directamente a ese bagaje, logrando una atmósfera de confort a la hora de su abordaje que le queda muy bien al film. Pero a la vez, "Kingsman" se ríe un poco de ese mundo que propone (con toda la pulcritud inglesa) e instala cierta complicidad, ya sea desde la música (absolutamente destacable), como en frases que aluden a un tiempo anterior que nada tendrán que ver con el personaje joven (un prometedor Taron Egerton) creando divergencias simpáticas. Este guiño cronológico (digamos ese versus sobre lo tradicional y lo posmoderno) acentúa el tan peculiar humor inglés que se transforma en ariete de la cinta. Egerton luce confiable en su rol y aunque invita a la sonrisa con sus actos, cierta impavidez refina sus movimientos. Sí, también es cierto que no en todo momento puede mantener ese magnetismo, pero sin dudas Firth, con gran estilo y solvencia, toma la mochila en sus espaldas y lleva al film a puerto seguro, sean cuales sean los baches narrativos que puedan surgir como desniveles de la trama. Convergen en la cinta, todo aquello que se espera que suceda en una pelicula de espionaje de la vieja escuela en contraposición con lo que traen las generaciones mas recientes, quienes viven otra realidad y reflejan una cultura estética distinta y claramente urbana "Kingsman" va desarrollando su trama dinámicamente entre escenas cargadas de acción y humor, impregnada de momentos en los que la violencia cobra una dimensión de proporciones bien subidas de tono, intensas, que no responde a lo que estamos acostumbrados en este tipo de género. Vaughn le saca provecho a cada personaje, tanto es asi que su villano (Samuel L. Jackson) no pasará desapercibido con ese acento único y una construcción del mismo tan sobrecargada y sombría. Equilibrada, graciosa, atrvida por momentos, pero con suficientes giros arriesgados para atraer. Quienes ya conocen la impronta que Vaughn inscribe en sus films (Kick-Ass, X-Men: Primera Generacion) y para quienes aman las películas de espías, y desean divertirse, podrán sentarse frente a la pantalla a contemplar una interesante propuesta que los conducira al disfrute pleno. No se la pierdan.
Llega a la cartelera porteña, con una considerable demora, "The Railway Man", drama post-bélico protagonizado por Colin Firth y Nicole Kidman, dos galardonados con el Oscar en su momento. Su trama está basada en la vida en cautiverio de Eric Lomax, un oficial británico que fuera atrapado y torturado en Singapur por tropas enemigas en 1942 y se conecta con el presente, donde el personaje principal, sufre las consecuencias psíquicas y emocionales de aquellos eventos. Eric (Firth) se enamora y se casa con Patti (Kidman) en pocos pasos. Parece un hombre de secretos, pero la convivencia destapa las secuelas del pasado. En aquellos días de cautiverio, nuestro caballero inglés había trazado un recorrido de la vía del ferrocarril que estaban construyendo los nipones, por lo cual sus captores lo entregaron a la Kempei, policía encargada de obtener información, con métodos... ya conocidos. Ahí estaba un joven llamado Nagase Takeshi (Hiroyuki Sanada, adulto después) quien tuvo a su cargo el proceso, dejando un recuerdo poderoso y siniestro en Eric. El logró salir con vida de allí, pero el precio fue altísimo y esas sensaciones hoy lo acosan a cada paso del camino. Años más tarde, un colega (Finlay, jugado por Stellan Skarsgård) le trae una extraña información: Takeshi está vivo y sigue trabajando en relación con los ferrocarriles, que ahora son una atracción turística. Eric no tendrá reparos en ir a buscarlo para saldar cuentas, en un viaje plagado de sentimientos encontrados que no dejarán indiferente al espectador. Los protagónicos, Firth y Kidman, están sólidos y transmiten lo justo en cada escena. La reconstrucción bélica de la Segunda Guerra Mundial también luce lograda e intensa pero el mayor inconveniente que tiene "The Railway Man" es la óptica con la que se encara la cuestión. El australiano Johnathan Teplitzky (sin muchos buenos antecentes en la dirección) registra con prolijidad, eligiendo no desbordar ni golpear fuerte, en ningún momento, a su audiencia y quizás peca por tomar demasiada distancia en el enfoque. A pesar de ser un tema fuerte (es un drama tremendo), nunca sentimos en la butaca ese temblor que emana de la fibra de una buena producción. Con aceptables rubros técnicos y un ritmo lento, pausado y sereno, "Un pasado imborrable" llega a la línea de llegada con lo justo. Es una cinta que de no haber contado con semejante elenco, seguramente no habría llegado a sala, a pesar de que la historia es muy interesante. Para amantes de los dramas históricos, exclusivamente.
Luego del pequeño e importante éxito independiente de Che Sandoval en su tierra ("Te creís la más linda pero erís la más puta"), este joven cineasta continúa la senda de superación creativa, en un nuevo film intimista, áspero, crudo y muy divertido llamado "Soy mucho más que voh". Conectada emocional y pragmáticamente con el primer opus de Sandoval, aquí tenemos un spin-off que rescata a un personaje de aquella peli de 2009, el Naza (Sebastián Brahm). Este hombre ya cuarentón, arquetipo típico de una masculinidad local, que parece estar en crisis. El Naza (o Cristóbal), casado y con un hijo, clase media que intenta afirmar un pyme sin futuro, enfrenta un via crucis personal al ser abandonado por su esposa, quien viaja a España sin su consentimiento, becada a estudiar algo que le apasiona. El tema es que la familia se desintegra y en ese devenir, el hombre fuerte parece hacer agua y perder su norte personal, agobiado por la silenciosa lucha de poder que parece haber sostenido con su mujer. Esto le provoca a nuestro protagonista una gran contradicción, y comienza a desaparecer de los lugares que frecuentaba, desprendiéndose de los suyos y tratando de lidiar con una queja fuerte, que se exterioriza en una búsqueda de sexo confusa, a veces delirante, otras patética. Pero "Soy mucho más que vos" plantea incluso otros caminos, al generar una perfil de hombre clasista, insatisfecho, culto y a la vez, fuera de registro (se nota a las claras que la noche no es lo suyo y que los años de casado le han hecho perder velocidad para resolver ciertas cuestiones) que sorprende. El Naza tiene muchos matices para apreciar y Sandoval logra exponerlos a todos, de manera directa y sin disfrazar sus miserias. En tono de comedia agridulce, "Soy mucho..." nos lleva de viaje por la noche de una Santiago poco conocida, en la que la gente, tiende a mostrarse natural, casi diría sin frenos inhibitorios. Encontrarán boliches, prostíbulos, acosos y levantes callejeros, contradicciones, robos y desconcierto. Todo, a una velocidad verborrágica implacable que amarás desde el primer momento. Eso si, que no te falle el subtitulado. Che Sandoval logra superar su ópera prima y salir a un medio urbano más complejo, explorando la masculinidad en crisis de su personaje principal (y si no escuchen como define el personaje de la porteña a los chilenos cuando de sufrir por amor se trata) y haciendo pasar a su público un gran momento. En BAMA Cine, a pasitos del obelisco y en el Arte Multiplex de Belgrano es la cita. Muy recomendada.
Finalmente se estrena en circuito reducido (Museo Malba y los domingos en BAMA Cine, el largometraje ganador de la competencia argentina de BAFICI 16, "El escarabajo de oro” de Alejo Moguillansky y Fia-Stina Sandlund. Ya les había contado que siento una gran empatía con el actor protagónico, un Rafael Spregelburd (“El crítico”, imperdiible), personaje a quien lo locuaz le queda perfecto y es apropiado para caracterizar sin escollos la intención de satirizar el mundo del cine desde un costado ingenioso. Un detrás de escena que en realidad es el desarrollo de la cinta. Comienza con la idea de que están por filmar una película de corte independiente y esto, se entremezclará con una búsqueda del tesoro que depara más de una sorpresa. En sí, la película que intentan rodar los protagonistas tratará de la muerte de la famosa escritora Victoria Benedicts. Famosa por haber inspirado al escritor reconocido mundialmente, Edgar Allan Poe en su tiempo. “El Escarabajo de Oro” es una propuesta en el que abundan diálogos, riquísimos, profusos, inteligentes y con un dejo simpático que luce hasta sofisticado. Su producción, tanto como su puesta en escena es una reflexión en sí misma sobre temas multicausales en los elementos que condicionan las filmaciones de las películas en la Argentina. Simple pero con una dináamica que invita a cualquier espectador a disfrutar de este documental ficcionalizado. Mucho paño para cortar, 100 minutos estimulantes de un rodaje que arranca en lo mas alto, y que si bien le es difícil sostener este ritmo de manera pareja durante todo el film, será sin dudas una experiencia bien vivida por el espectador curioso que quiera degustar este plato tan personal.
No estoy segura que me sedujo más, si el título o el relato en “The Judge”. Si puedo afirmar que particularmente me llega por esa relación padre e hijo brillantemente encarnada por dos actores con una química tan feroz como elocuente. El juego de miradas sostenidas con rudeza, hacen verosímiles a sus personajes y capturan todo píxel de la pantalla con su escencia. No se si se duda de como terminará el film. Creo que la vuelta no es su final, sino el cómo en el transcurso de la cinta se va desarmando la madeja familiar, los resentimientos y las cuentas impagas del pasado. David Dobkin (“Wedding Crashers”) dibuja un padre (Robert Duvall) hosco, rígido, altivo, de tan sólida coraza que no esboza el sentimiento que su hijo desea contemplar. Un hijo que hizo méritos suficientes para ganarse el título de 'oveja negra', un abogado arrogante, un hijo irreverente y rebelde. La tensión que surge de dos personas, ligadas por la sangre, por el amor no expresado y por reclamos ahogados en silencio mantienen atenta la mirada del espectador que busca comprometerse, conmoverse. Nos conduce a repensar el pasado, reconfigurar los roles, actualizarlos y verlos real. Una historia con algunos clichés, pero que no cae en la vacuidad de escenas repasadas en la mente. Tiene cierto dejo de “Agosto” en ese desorden familiar que cada integrante comparte y el director no duda a la hora de usar algunos gags que distienden momentos muy bien logrados como el de ambos actores en la escena del baño, una de las mejores de la película, con una variación de tono excelente. Duvall y Downey Jr garantizan placer visual, ambos ponen todo de sí para que el drama que se propone en el guión sea creíble y pueda captarse mas alla de la pantalla. Lo logra con eficacia. Hank (Downey Jr) quien se encuentra resolviendo su divorcio y la custodia legal de su hija de 7 años y en medio de un juicio recibe la noticia de la muerte de su madre. Debe viajar a su pueblo natal, lugar del cual se fue hace ya muchos años para nunca mas volver y en donde su padre Joseph Palmer es un respetable y correcto juez. Dolor por la pérdida de su madre y por la relación áspera y resquebrajada que sostiene con su padre, además de su escueta vinculación con sus hermanos Glen (Vincent D'onofrio) y Dale (Jeremy Strong) dejan a Hank listo para huir nuevamente del lugar. Sin embargo, un hecho inesperado que pone en el banquillo de los acusados a su progenitor, lo conducen a redimir su dèbil relación, representandolo en un juicio. Dobkin sabe aprovechar a sus actores y le saca rédito al hecho de que sus personajes son miembros de una profesión de 'ley'. Inunda la narración de pirotecnia verbal y talento para la exhibición retórica. El uso correcto de la elipsis, mantiene la linealidad temporal del relato sin que el espectador resulte agobiado. Dobkin logra magníficamente transmitir la complicada dinámica de un padre y un hijo que, bajo la excusa del juicio hacia su padre como manera de acercarlos(trama criminal), de fondo reluce la verdadera trama sustentada en el ambiente familiar y sentimental del personaje. Aunque por momentos no resulta del todo pareja, la cinta de Dobkin tiene sus perlas. La nómina de secundarios le dan mas lustre, con Una Vera Farmiga (una novia del pasado) que sabe como robarse los planos. Billy Bob Thorton (abogado)compone un personaje intimidante; Jeremy Strong (Dale) con un papel cálido. Y quién dice, quizás de este film, surja algún nomindado para la preciada estatuilla, por tamañas interpretaciones. Yo, ya tengo mi favorito. Anda a verla. No decepciona
El guionista y director Luc Besson dejó macerar durante 10 años el concepto a desarrolar a partir de que tuviera contacto con el guiòn de “Lucy” para lograr presentarnos una mas de sus chicas, fisica y mentalmente vulnerable, pero que luego descollarà con rudeza y determinación durante el avance de la cinta. "Lucy,” su mas reciente realización; logra durante sus 90 minutos acaparar la atención del espectador, la narracion sucede a una velocidad que no te permite despegarte de la pantalla. Aquì la protagonista es encarnada por la sensual Scarlett Johansson, quien domina la funciòn siendo el hilo conductor de una exhibicion visual que gravita sobre una base cientifica, para secundar a la evoluciòn de Lucy como trama central. La pelicula no pretende dar respuestas a dialecticas existenciales, mas bien toma estas cuestiones como elementos disparadores (de la imaginacion), utilizando si, terminos e informacion especificamente del campo de la ciencia, (algunos ficcionalizados) que podrian (si se quiere) hasta hacerlo creible, y, desde este punto de partida, focaliza la mirada en que pasarìa si tal fenòmeno aconteciera. La evolucion del personaje sufre cambios, la Lucy que inicia el relato, nada tendrà que ver con la del final. La interpretacion omnipresente de Scarlett de un ser humano que va dejando en el camino todo aquello que nos hace tales. La idea de evolucion aquí, maximiza la posiblidad de expansion y conexión sin limites, y que por ende, nos borra todo el encuadre emocional que nos sostiene. Sin dudas la inventiva y creatividad del Luc, le dan los matices que uno espera encontrar un thriller de accion. El film no desarrolla ningún personaje más de lo que Besson considera necesario, lo cual es escaso. Sin embargo, el director logra ofrece una pelicula vertical, con un travelling deslumbrante, cadenciosa y con estilo. En todos los aspectos de la cinta se puede ver la mirada Bessoniana, más pendiente de la acción que de la ficción, con secuencias de alto octanaje. Las espectativas con las que el espectador acuda a su encuentro, serán los condicionantes para poder disfrutarla o no. Si bien hay algunos puntos flojos dentro de la trama, la narracion discurre sin dificultad, ofrece entretenimiento simple y directo.
Lo primero que siento decir sobre este documental de Víctor Kesselman es que es, original. Sí, es probable que su modesta factura lleve a algunos análisis a la conclusión de que no presenta un exhaustivo acercamiento a la temática que aborda o quizás, que incluso la forma en la que expone sus argumentos, peque por ser un poco distante y hasta experimental. Quizás. Lo que sí, no puede negarse es que la cuestión, atrae. "Aprox" es un film que presenta un grupo de postulados tomados de un manual de técnicas de ventas bien ochentoso (debe haber corrientes posteriores que hayan profundizado algunos preceptos, supongo), acerca del lenguaje corporal, la manera en que nos relacionamos con nuestro medio y cuánto decimos desde lo no-verbal en situaciones cotidianas. Hay un par de escenarios para comenzar a explorar estas ideas. El que ocupa más tiempo es el que describe escenas que se pueden dar en cualquier momento laboral en una oficina, aunque hay algunas otras de menor duración que también aportan otros elementos para reflexionar sobre el objeto de estudio. Decíamos, hay un espacio laboral, un grupo de personas haciendo sus pequeñas rutinas de relación, algún vendedor que intenta colocar su producto y muchas luchas de poder silenciosas que se pueden advertir con facilidad. Tenemos un narrador que se ocupa de graficar y señalar que cosas expresan los protagonistas de esos segmentos para mostrar aquello que aparece como implícito, y que hay que saber leer. Supongo que ahí se encuentra el mejor acierto de Kesselman. Busca, en líneas generales, dar un corto pantallazo de algunos hechos que dan cuenta de la importancia de lo no verbal y de fijar la atención en nuestros interlocutores a la hora de decifrar sus motivaciones. Aporta algo de teoría aunque deja varios fragmentos sin explicación y quizás eso no termina por convencer al espectador. En el debe, el guión marca mucho los gestos y lo que deben hacer los actores y eso le quita espontaneidad a la presentación generando una situación de observación de "laboratorio" que luce quizás, demasiado artificial. Hay tramos con música donde los actores "bailan" y una edición poco cuidada que le resta puntos a la hora del balance final. Sin embargo, como intento, búsqueda y propuesta, a "Aprox" hay que reconocerle que aporta en el terreno que propone una visión fresca sobre el fascinante mundo de la comunicación interpersonal.
Iván Vescovo (ganador de una mención especial del jurado en Mar del Plata en 2010 con su corto “Todos tienen algo que ocultar excepto yo”) nos sorprende con su ópera prima "Errata". Juega con elementos fantásticos en un relato anacrónico que describe los sucesos en el intrincado proceso mental del protagonista. Una mañana cualquiera Ulises (Nicolás Woller) se despierta y no encuentra a Alma (Guadalupe Docampo). Simplemente desapareció. De ahí en más, no sabremos si realmente ella existió o no, ya que por momentos el entra en un estado de ensoñación que invita al espectador a dudar sobre su existencia. Sin embargo, convencido de poder hallarla se sumerge en una búsqueda incansable, pero en cada paso hacia su encuentro va descubriendo los oscuros aspectos de la vida de su novia, que obviamente el, no conocía. Pronto, en su mar de recuerdos, vislumbra algunas pistas que dirigen su interés hacia el profesor de Alma (Claudio Tocalchir) y comienza a indagar. Su desesperación por encontrarla y su obsesión con un particular libro de Jorge Luis Borges, nos llevarán, entre giros y contragiros, a una resolución inesperada de la historia. Un plan mayor que unifica casi al final, un relato que a lo largo del film parece inconexo. La película tiene una imagen con rasgos distintivos, propios y su blanco y negro constantes no hacen mas que reforzar un clima singular que desvía la mirada de los detalles del fondo y la coloca con firmeza en la secuencia narrativa. Con las actuaciones de Claudio Tolcachir, Vanesa González, Federico D`Elía, Boy Olmi, Martín Piroyansky, Arturo Goetz y Carla Quevedo, “Errata” se estructura alrededor de su propio significado: una errata es un error cometido en un impreso o manuscrito, que puede convertir a un libro en una pieza única, irrepetible. La realidad y los recuerdos, como así también las imágenes y el relato se mezclan constantemente lo cual exige al espectador un grado de atención intenso para poder seguir el hilo conductor de la historia y a la vez, no perderse de los detalles. Errata resulta ser un producto interesante que tiene las señales claras de hacia donde va su director y con seguridad, seguirá sorprendiendonos mas y mejor.
Y si de hadas hablamos es una de dos, o estamos transitando la infancia o viéndolas a ellas, las pequeñas y diminutas protagonistas de “TinkerBell”. Una vez mas este grupo de tan perfectitas y bonitas haditas, se enfrentan a una aventura épica. Bajo la dirección de Peggy Holmes, quien ya había dirigido anteriormente “Campanita, el secreto de las hadas”, llega esta nueva película de animación. En esta oportunidad una de ellas; la inquieta e intrépida Zarina (Cristina Hendricks “Mad Men”); el hada protectora del polvo mágico; es excedida por su propia curiosidad y en su empecinada intención de hallar respuestas a los mil porqué que se plantea, manipula el elemento y consigue modificarlo, pese a que se le advirtió que no debía hacerlo. En su afán, ocasiona un accidente que provoca el enojo de todos y es destituída de su función. Triste, decepcionada y molesta con el castigo, decide quedarse con un grano del preciado polvo azul (imprescindible para crear el polvo de hadas, el que les permite volar), y emprende su retirada de la comarca. En el camino se aliará con unos malvados piratas, junto al un jóven grumete, quien luego será el ya tan conocido capitán Garfio (Tom Huddleston “Thor”). La hadita fugitiva es la capitana de los piratas y juega a ser una “Jack Sparrow” voladora, que junto a ellos regresa un año mas tarde para robar todo el polvo pixie. Todos caen bajo los efectos de los artilugios de Zarina, y solo Tinkerbell y su pequeño grupo de amigas, serán las únicas que podrán ir tras ella, no sin pasar por algunas dificultades, que las llevarán a entender el talento de las otras y poder usarlos bien. Es innegable la capacidad de Disney para industrializar la magia. Multicolor como siempre, con canciones en el barco que lograrán la sensación de alboroto y el mensaje tan característico de estos relatos; un empalagoso “amigas para siempre”. Es una película para las niñas de la familia, a ellas sin dudas, la magia las alcanzará, eso sí, si sos papá y te toca llevar a las chicas, recomiendo comprar un buen balde de pochoclos para garantizar saborear un poco de dulzura que suavice el momento.
En caso de que aún no lo sepan, esta "Delivery Man" es una remake de una deliciosa comedia canadiense de Ken Scott. Por alguna razón, el director accedió a hacer una versión en Hollywood de su éxito, con un guión que elige hacerse fuerte en la personalidad de Vince Vaughn, en lugar de aprovechar el clima desopilante y desprejuiciado de la original. Si, claro, el hombre es una personalidad. Pero hay que dejar claro que no viene eligiendo bien sus roles, su estereotipo de hombre adulto que se niega a crecer, es demasiado previsible y a no ser que seas su fan, no sorprende ni entretiene como en sus mejores trabajos. En cierta manera, es como Adam Sandler. Si Vaughn te cae bien, verás sus películas, sin importar si realmente son atrayentes o no. Son íconos de la comedia americana y son muy exitosos. Aquí, ya saben, el protagonista es un hombre bastante limitado y sin gracia, que por un hecho fortuito, accede al banco de datos de una empresa para lo cual había donado semen en los noventa. Tamaña sorpresa se lleva cuando descubre que es padre de cientos de chicos (más de 500, aprendan!) y comienza a evaluar que curso seguir con la noticia. Es decir, hacerse cargo de alguna manera de formar parte de sus vidas u olvidarse del tema. Más allá de lo que el sentido común impulsa, David (Vaughn) decide transformarse en algo así como un cuidador de sus "hijos". Lo que Scott elige subrayar en su protagónico es la veta melancólica, de cambio y evolución. Escapa a lo escatológico extremo (que realmente creo que favorecería el ritmo de la cinta) y se instala en el registro tierno, apenas simpático, de las desventuras de un hombre tratando de "hacer las cosas bien". No es, desde ya, un tratado sobre la paternidad, pero si deja algunas ideas flotando en cuanto a la reparación y cómo ir transitando la madurez. Claro, si buscan una comedia desopilante, quizás se sientan un poco fuera de foco, dado que hay demasiada candidez en el relato. "Una familia numerosa" no es de los mejores trabajos de Scott ni de Vaughn (a quien, insistimos, nos gustaría ver en otro rol, creemos que tiene con qué) pero puede arrancarte alguna sonrisa si estás predispuesto.