Por primera vez Denzel Washington vuelve a interpretar a un personaje y lo hace en El justiciero 2 de Antoine Fuqua.
Robert McCall regresa para ayudar a aquellos con problemas mientras ejerce como chofer. Este hombre con habilidades particulares recibe la visita de su única amiga, la agente Susan Plummer. Ella comienza a investigar el supuesto suicidio de un agente, cuando es abordada y asesinada por los verdaderos perpetradores del hecho. McCall no parará hasta descubrir la verdad detrás del asesinato de su amiga.
Por algún motivo Denzel Washington nunca decidió interpretar por segunda vez uno de sus personajes (y eso que tiene una gran variedad). El director Antoine Fuqua, con el que había trabajado varias veces, lo convence pero por primera vez se nota cuando un personaje no daba para más.
En El justiciero 2 el protagonista pasa gran parte de su tiempo escuchando los problemas de diversos estereotipos de personas para olvidarse completamente los hilos que mueven la trama principal. Y por si fuera poco, el thriller de espionaje cae en lugares comunes y vueltas de tuerca previsibles.
Aunque las escenas de acción no predominan, sí están filmadas con la vertiginosa mano de Antoine Fuqua y son fiel a los conceptos que manejaba en la primera película: un hombre bajo una estructura tan meticulosa que cuenta cada segundo para realizar una acción. Aunque el clímax se olvida completamente de este modelo y cae en un cliché sin sentido de disparos y peleas en el medio de un huracán.
Ni la carismática presencia de Denzel Washington puede salvar esta segunda parte que, sólo por momentos, trata de hacer reír al espectador o empatizar con un protagonista que no encuentra un equilibrio entre sus buenas acciones y lo salvaje de sus asesinatos.