Cuando en 2014 se estrenó El Justiciero tuvo una gran aceptación tanto en crítica como en público. Y si bien no rompió la taquilla, le fue bien, y a lo largo de los últimos años el personaje generó una base de fans muy interesante.
El director Antoine Fuqua, tal vez uno de los mejores narradores de acción de los últimos tiempos, vuelve a tomar las riendas de este gran personaje.
Lo único que aquí le juega en contra es que ya lo conocemos y por lo tanto falta el “factor sorpresa”.
Más allá de eso, la historia fluye dentro de su simpleza, pero engancha donde tiene que enganchar.
Denzel Washington posee todo el carisma del mundo en la piel de Robert McCall, quien en esta oportunidad sigue impartiendo justicia (en casos menores) cuando no conduce su Lyft. (Alto y reiterativo chivo a la competencia de Uber en Estados Unidos).
Una vez que llega el conflicto central, el espectador puede vislumbrar cómo va a seguir todo, aunque los puntos de giro están bien puestos.
Las escenas de acción y las peleas están muy bien. A la altura de la primera, con ese “especie de poder Jedi” que posee el protagonista, muy bien narrado en cámara lenta.
El resto del elenco cumple, pero Pedro Pascal se destaca. Me gustaría escribir más sobre él, pero caería en el spoiler.
El justiciero 2 es de esas muy buenas películas de acción, de esas que los que aman el género pueden repetir más de una vez. Un gran exponente que te deja con ganas de más secuelas.