Inspirada en la popular serie televisiva de los años 80, El justiciero trae nuevamente a escena a Denzel Washington, en un papel muy cercano al que le valió el Óscar a mejor actor protagónico por la película Día de entrenamiento.
Independientemente de su relación con la serie, y para quienes nunca tuvieron la oportunidad de verla, en la película Washington interpreta a Robert McCall, un trabajador común y corriente, pero meticuloso, rutinario y enigmático que establece una amistad con una niña muy particular.
Su enigma comenzara a develarse cuando descubra que la chica es víctima de una red de prostitución y el decide ayudarla. El justiciero es una película de acción, con la venganza y la justicia como leitmotiv, que como tal tendrá sus clichés narrativos y visuales propios del género, presentando claras referencias con Hombre en Llamas (también con Washington), Al Filo de la Oscuridad y Búsqueda Implacable. Incluso podríamos asociarlo al prototipo de justiciero que supieron representar tiempo atrás Charles Bronson, Steven Seagal o Chuck Norris.
Básicamente reutiliza los mismos elementos pero su principal acierto radica en el buen trabajo de guion, dosificando la información y no revelándonos la verdadera identidad de McCall hasta el desenlace. Con un personaje que tiene una historia desconocida, al que percibimos hábil e inteligente pero gélido en sus emociones, y que ira demostrando a lo largo del relato habilidades que lo convierten en un súper héroe, mezcla de Jason Bourne, MacGyver y Liam Neeson juntos, que nunca devela su identidad haciendo justicia por mano propia.
Con diálogos claramente inspirados en Día de Entrenamiento y una combinación justa de misterio (al que contribuyen las apariciones de Bill Pullman y Melissa Leo), drama y violencia ensambladas por la gran actuación de Washington, al que se suma el reducido papel de Chloe Grace Moretz que sin lucirse logra otorgarle ese conflicto interno a su personaje.
La interesante propuesta estética y una buena banda sonora se suman a las virtudes antes mencionadas que hacen de El Justiciero un vibrante y entretenido film de acción, cuyos predecibles ajusticiamientos del final son compensados por la originalidad de las ejecuciones.