El justiciero

Crítica de Lisandro Liberatto - Alta Peli

Aun cayendo en todos los clichés del género, El Justiciero es una digna cinta de acción que se sostiene sobre los hombros de Denzel Washington.

Robert "Bob" McCall cree haber dejado atrás su misterioso pasado y ahora lleva una tranquila y solitaria vida. Dedica su tiempo a trabajar y leer libros en un restaurante donde termina conociendo a Teri, una joven prostituta que trabaja para unos violentos gangsters rusos. Ambos entablan una pequeña amistad, pero para cuando Teri aparece salvajemente golpeada McCall sale de su retiro para enfrentar a quienes hicieron esto y llevarlo hasta las últimas consecuencias.

Me llama usted, entonces voy, El Justiciero es quien yo soy

Trece años después de Día de Entrenamiento el director Antoine Fuqua y Denzel Washington vuelven a reunirse para El Justiciero -o The Equalizer en su idioma original- remake de la clásica serie del año 1985 en donde un ex agente de inteligencia devenido a detective privado llamado Robert McCall (interpretado por Edward Woodward) se dedicaba a resolver los problemas de la gente que decidía contratarlo. Si bien esta nueva versión fue anunciada como una remake, la realidad es que tranquilamente podrían haberla llamado The Equalizer: Origins o The Equalizer Begins, ya que el film se centra en como McCall acaba convirtiéndose en una suerte de nuevo integrante de Los Simuladores, aunque más sádico y yendo siempre directo al grano, sin "simulaciones" de por medio.

El Justiciero es una de esas películas que difícilmente hubiera funcionado con otro actor que no fuera Denzel Washington en el papel principal. El interprete de El Vuelo y Hombre en Llamas resulta una extraña aunque acertada elección para encarnar a este personaje que si hubiera caído en manos de alguien como Jason Statham, o hoy por hoy hasta Liam Neeson, probablemente hubiera hecho que la película pase desapercibida como una más en la larga lista de cintas sobre "gente aparentemente común, con un pasado oscuro y talento para matar". Lo que Washington le aporta a El Justiciero es complejidad y sentimiento, y le agrega una importante cuota de credibilidad a una película que la va perdiendo poco a poco con el correr de los minutos. Solitario, nostálgico, noble, obsesivo compulsivo, letal. Todas esas cualidades se condensan dentro de un solo personaje y son suficiente para mantener nuestra atención y llegan al rescate de un mediocre guión escrito por Richard Wenk (Los Indestructibles 2, El Mecánico) que se apoya en todos y cada uno de los convencionalismos del género de acción para hacer avanzar la historia. Chloë Grace Moretz (Carrie) crea también un interesante personaje que si bien es el detonante de la historia, de un momento a otro desaparece completamente de la trama. Una verdadera lástima, ya que la joven prostituta interpretada por Moretz es una niña obligada a hacerse mujer y tenía mucho potencial, pero a pesar de eso termina quedando desaprovechada.

El director Antoine Fuqua es un viejo conocido dentro del género. Aquí demuestra una vez más su buen ojo para dirigir escenas de acción, pero falla a la hora de sorprendernos con un producto algo novedoso. Todo lo que El Justiciero tiene para ofrecer ya se ha visto, de mejor y de peor manera. También hay que remarcar que quienes gusten de ver una película violenta y gráfica (debo admitir que yo estaba de humor para eso cuando la vi) no deberían salir decepcionados, por lo menos en ese sentido.

Conclusión

El Justiciero es una película que rememora aquellas oscuras cintas sobre "vilgilantes" de los años setenta y ochenta, como la saga de El Vengador Anónimo. Y aunque como homenaje funciona de lo más bien, falla a la hora de entregarle algo nuevo -o por lo menos trabajado distinto- al espectador más allá de sus escenas de acción bien filmadas. Finalmente es el papel interpretado por Denzel Washington lo que mantiene viva a la película ya que logra encontrar un balance perfecto entre lo normal y lo amenazante, y eso lo hace muy divertido de ver.