Cómo una pareja se rearma luego de una repentina y terrible pérdida familiar. Y lo que les cuesta tratarlo.
Este film, nominado al Oscar, sobre un guión adaptado por el gran David Lindsay-Abairey de una gran obra ganadora del Pulitzer en el 2007 nos va a hablar de dolor, así que antes que nada aclaremos que no es una película que entretenga, así que si buscas esto te recomiendo que veas otro film, y ya lo vemos desde que nos encontramos, afuera del cine, con el conceptual poster de la película, que nos muestra el pasaje de sentimientos de los personajes principales.
Becca y Howie, una hermosa y antes feliz pareja suburbana está pasando por el peor momento de sus vidas: hace ocho meses perdieron a su pequeño hijo en un accidente.
Becca, interpretada genialmente por una Nicole Kidman que no veíamos hace años, va a tener que lidiar entre superar ese terrible dolor que la hace querer olvidar que alguna vez tuvo un hijo, tener que estar calmada para apoyar a su hermana que acaba de enterarse de su embarazo, una madre que también perdió un hijo en diferentes circunstancias y una nueva amistad con el chico que atropelló a su pequeño hijo.
A esto le sumamos la historia de su esposo, Howie, personificado soberbiamente por un gran AaronEckhart, que trata de calmar su dolor de maneras muy diferentes, queriendo recordar constantemente a su hijo, acudiendo a grupos de ayuda (de esos tan famosos en Estados Unidos) y acercándose demasiado a una mujer que sufrió lo mismo que él.
Con un sublime guión, que se encarga de presentarnos cada historia perfectamente y sin llegar a los golpes bajos y mostrando el terrible dolor de estas personas sin necesidad de largos diálogos y mostrándolo con imágenes que traspasan la pantalla para hacerte sentir lo que ellos sienten. La dirección de arte también está muy bien aplicada, utilizando una paleta de colores bastante monocromática por momentos, y desaturada en otros, que muestra esa vida que están teniendo, donde por momentos pareciera que no sienten más nada que dolor.
Una tema difícil de tocar, en un film con un extraño clima, que podría haber dado algo más de sí y que, por momentos, se torna lento, pero que tiene un resultado bastante bueno, con increíbles actuaciones del perfecto trío de Nicole Kidman, Aaron Eckhart y Dianne Wiest (sumado a otros personajes muy bien interpretados también), un guión que no utiliza golpes bajos, y un final bastante esperanzador para esta familia que todavía puede seguir creciendo si se lo permite.