Gabriel Nesci da sus primeros pasos en el cine. Y no lo hace nada mal. Gabriel Nesci, director y creador de Todos contra Juan, una serie que tuvo bastantes buenas críticas en Argentina se mudó por primera vez a la gran pantalla y de la mano de su actor principal en dicha serie, el ahora polémico Gastón Pauls. Días de vinilo nos cuenta las historias de Damián (Gastón Pauls), Luciano (Fernán Mirás), Facundo (Rafael Spregelburd) y Marcelo (Ignacio Toselli), cuatro amigos unidos desde pequeños por dos pasiones: la música y las mujeres. Ahora ya son adultos, pero sus pasiones y problemas siguen siendo los mismos y sus vidas no son lo que exactamente deseaban cuando eran niños. Damián es un guionista en crisis que sigue enamorado de su ex, una cínica crítica de arte interpretada por Carolina Peleritti, Luciano tiene un programa en la radio donde pasa sus temas favoritas y conoce a un nuevo amor en su vida, una hermosa y egocéntrica cantante pop llamada Lila (Emilia Attías), Marcelo tiene una banda tributo a The Beatles y vive de alquilar un cuarto en su casa a turistas (exlusivamente mujeres) y Facundo es encargado de la parte de Marketing en un cementerio privado pero su verdadero sueño es ser compositor. Él se va a casar con Karina (Maricel Álvarez), productora de la radio donde trabaja Luciano. Todo se da en torno a los días previos al casamiento de ellos dos, donde cada uno va descubriendo nuevas cosas en su vida, para mejor o peor, pero convenientes para tratar de cambiar un poco sus (bastante deplorables) situaciones actuales. Días de vinilo les va a recordar a varias películas norteamericanas (la primera que me viene a la cabeza es Alta Fidelidad, pero los dejo a ustedes ver a que otras se parece), con momentos muy divertidos pero ciertas debilidades a nivel narrativo, ya que las cuatro historias que nos presentan no son igual de consistentes lamentablemente,dejando de lado momentos y actores que podrían haber dado mucho más. El cuarteto masculino es muy sólido, resaltando a un Fernán Mirás que supo demostrar que puede hacer buena comedia, aunque me recuerde por momentos a algunos personajes de John Cusack, mientras que el elenco femenino se queda un poco atrás y no llaman tanto la atención. Hay que resaltar dos cosas excelentes en el film: todo lo que rodea a la música, desde las referencias y chistes, la banda sonora de los 70’/80’ y hasta los temas creados para la película, y la participación especial del señor Leonardo Sbaraglia haciendo de él mismo y llevándose todas las risas con pocas escenas que se roban la película. Un film muy divertido que nos cuenta una historia simple pero efectiva, donde por momentos se abusa de los clichés de ciertos géneros clásicos del cinecomo la comedia romántica o las historias de estos nuevos Young-adults de los que tanto nos hablaJuddApatow en sus películas, pero en general es muy entretenida y te saca varias carcajadas. Así que si tenés ganas de reírte un rato con una buena peli de cine argentino no dudes en ver Días de vinilo. @July_e
Un largo recorrido de la mano de un actor/director que ya demostró que sabe como contar historias. Después de Bobby (2006), ese drama que supo tener algunas buenas críticas, Emilio Estévez demostró que a pesar de su hermano, su padre y su propio trabajo como actor, la dirección podía ser un buen camino para él. Y gracias a este nuevo film va afirmándolo cada vez más. El camino (The Way, 2010) es la historia de Tom (Martin Sheen, padre del director), un oftalmólogo viudo que se acaba de enterar que su único y no muy cercano hijo Daniel (Emilio Estévez), que recientemente se había ido a recorrer el mundo, fallece en un pueblo de Francia, debido a una tormenta cerca de la zona de los Pirineos. Cuando Tom va hacia Europa en busca de los restos de su hijo, se entera que él había comenzado a hacer el Camino de Santiago, un peregrinaje de 800 Km. desde Francia hasta Santiago de Compostela, en España. Hecho por gente de todo el mundo, este peregrinaje que data de la Edad Media comenzó de manera puramente religiosa, pero con el tiempo las razones fueron cambiando. Y Tom decide que su razón principal va a consistir en llevar las cenizas de su hijo hasta el final del camino, y así terminar el viaje que él había comenzado. En el proceso, Tom se va encontrando con diferentes personajes que hacen el peregrinaje por distintas razones: Joost (Yorick Van Wageningen) de Amsterdam, un gordito simpático que siempre está fumando marihuana y quiere bajar unos kilos con la caminata, Sarah (Deborah Kara Unger) de Canadá que, con un poco de mal humor en el camino, decidió dejar de fumar cuando llegue al final del viaje y Jack (James Nesbitt) de Irlanda, un escritor bloqueado tratando de solucionar su problema. Una típica road movie con drama pero simple en su forma, sin golpes bajos ni (tantas) escenas edulcoradas a las que estamos acostumbrados cuando una historia rodea ciertas temáticas, como la muerte en este caso, ya que al parecer Estévez supo darle sensibilidada la historia sin esos recursos. La película no es pretenciosa, y eso es lo mejor que tiene. Ninguno de los personajes que nosotros vamos a conocer trata de encontrar a Dios en el camino, y ni siquiera queda tan explícito que es lo que realmente fueron a buscar, pero de a poco el director, con ayuda de cuatro excelentes actuaciones, nos va mostrando un poquito de sus razones y sus finalidades. Hay que aplaudirlo a Estévez por la elección de las hermosas locaciones que se ven a lo largo del viaje y el reparto, ya que son lo mejor de la película. Martin Sheen (Apocalipsis Now) se lleva los laureles gracias a su sensible actuación y credibilidad en cada cosa que hace, mientras que el resto del reparto muestra una gran química y aporta momentos dramáticos muy buenos, así como también instantes de comedia que amenizan la historia muy bien. Como muchos de los productos norteamericanos que incluyen personajes de otros países, puede que esta película tenga algunos estereotipos muy marcados, algún que otro recurso innecesario y un comienzo un tanto lento pero se perdona gracias a las otras grandes características que hacen que sea una muy linda historia para ver y escuchar. Y hasta seguro te vas a quedar con un poco de ganas de hacer el Camino de Santiago, tengas o no tengas razones.
Una excelente locación y la actuación de Amanda Seyfried tratan de llevar una película que mucho no sorprende. Este nuevo film para los amantes del suspenso liderado por Amanda Seyfried y con las actuaciones de Wes Bentley y Jennifer Carpenter entre otros, nos demuestra que géneros tan utilizados como el suspenso psicológico no son fáciles de lograr. La historia se centra en Jill, una jóven que trabaja en una cafetería y vive con su hermana Molly. Jill fue raptada hace un tiempo y nunca encontraron al culpable, ni ningún tipo de evidencia de los hechos, por lo cual la policía termina por no creerle y la encierra en un centro psiquiátrico. Debido a esto, cuando su hermana desaparece de su hogar, ella comienza a creer que este hombre quiere vengarse ya que fue la única víctima que se le escapó de las manos. En su búsqueda comienza por pedirle ayuda a la policía, la cuál tampoco le cree y termina tomando las riendas del caso para encontrar a su hermana antes de que sea demasiado tarde. Este simple guión, que pretende mostrarnos una historia de suspenso con algunas vueltas en el camino para hacernos dudar de la cordura de nuestro personaje principal, no genera lo que toda película de este género tendría que lograr, esos pequeños momentos de tensión que tanto nos gustan cuando estamos sentados en nuestras butacas. El reparto no está mal pero es completamente secundario, lo cuál es una pena ya que hay algunos personajes que le podrían haber dado un peso drámatico a la historia, pero parece que la decisión fue mantener el argumento completamente sobre los hombros de Amanda Seyfried, que no está para nada mal, pero tampoco sobresale en su interpretación. La locación (Portland, Oregon) se merece un párrafo aparte ya que es el único elemento que genera la tensión y oscuridad que merece una película de este género, con un cielo siempre gris y un clima perfecto para la historia que nos quieren contar. Un guión de manual con un par de huecos y muchos clichés del género que no comienza mal, pero no logra mantener la intensidad hasta el final. Si no buscás nada nuevo, esta película se puede ver tranquilamente para pasar el rato, pero si sos un fanático del suspenso vas a preferir volver a ver alguna de tus viejas favoritas.
El excelente drama político dirigido por George Clooney se estrena hoy en nuestras salas. Los primeros meses del año traen para algunos fanáticos del cine y las series la tan esperada temporada de premiaciones que, obviamente, cierra con los famosos Premios de la Academia, más conocidos como los Oscars. Las salas se llenan de films de gran calidad en todos sus aspectos, y esta nueva película de George Clooney no puede dejar de estar en esta lista. Basada en la obra de teatro Farragut North de Beau Willimon y dirigida, escrita, actuada y producida por George Clooney, ésta película nos muestra las primarias en Ohio de dos candidatos a presidente por el partido demócrata en Estados Unidos y cómo sus secretarios de prensa deberán lograr que sus candidatos ganen sea como sea, escondiendo sus más oscuros secretos. Ésta simple historia que ya conocemos de memoria si recordamos a algunos de los presidentes más famosos de Estados Unidos y sus polémicas vidas privadas, va tomando forma de a poco y nos va mostrando lo crudo, cínico y turbio que puede ser una campaña electoral, pero sobre todo, el gran y forzoso trabajo de los que están atrás de todo; los jefes de campaña y de prensa. Desde nuestras butacas, nosotros vamos a ver todo desde los ojos de Stephen Meyers, un jóven idealista interpretado a la perfección por Ryan Gosling, que va a encontrarse con terribles secretos y va a tener que ver como actuar en base a esto. La historia principal no es tan original, y por momentos suena pretenciosa, pero la joya de este film está en sus actuaciones. Como ya sabemos, George Clooney es actor, y esa sensibilidad queda demostrada a la hora de ver la interpretación de cada uno de los personajes que habitan en esta película, resaltando al gran Philip Seymour Hoffman como el leal y trabajador Paul Zara, el increíble Paul Giamatti como Tom Duffy, un George Clooney que cumple en el papel del candidato a presidente Mike Morris, una excelente Evan Rachel Wood como la interna Molly, Ryan Gosling en el lugar principal y con un papel que le queda perfecto. Por último, y con un pequeñísimo papel, podemos ver a Marisa Tomei, que nunca falla en ninguna de sus interpretaciones. Una historia que comienza lentamente y nos muestra de a poco una trama muy bien contada sin ningún fallo técnico y con una gran música, cortesía del talentoso Alexandre Desplat, que no tiene ni un momento de debilidad y que acompaña perfectamente. No es la mejor película de George Clooney como director, pero demuestra claramente que su trabajo es impecable en cada uno de sus films y que debería dejar de lado la actuación para avocarse completamente a la dirección. Y si son de esos que se toman el trabajo de ver todas las películas que pueden llegar a estar en los Oscars, no duden y vayan a ver Secretos de Estado.
Una posible buena historia del director de Gattaca, que esta vez queda en la nada. La nueva obra de Andrew Niccol, director de Gattaca, El señor de la guerra y escritor/director de esta nueva película, deja mucho que desear. El precio del mañana nos cuenta la historia de Will Salas (Justin Timberlake), un joven que vive en un futuro cercano donde la moneda de cambio es el tiempo, por lo cual los ricos se tornan inmortales y los pobres luchan día a día por su vida. Will se encontraba en ese lugar, hasta que un completo extraño le regala 100 años para luego suicidarse, pero la policía (o “time keepers” en este caso) va a pensar que fue un simple asesinato más para robar un poco de tiempo. Esta premisa suena prometedora, ya que el uso del tiempo como dinero es una metáfora que podría ser explotada perfectamente en una película de ciencia ficción, pero en este caso se queda ahí. La interesante historia que se cuenta en un principio deja de ser desarrollada ni bien empieza la “acción” del film, dejándonos solo con una hermosa pareja estilo Robin Hood, conformada por los hermosos Justin Timberlake y Amanda Seyfried que cumplen con sus papeles, pero no más que eso. Y esto pasa generalmente con todos los actores de la cinta, a excepción de Cillian Murphy, que por momentos trata de tener una mayor profundidad en su personaje, y un poco lo consigue. A nivel visual cumple, pero, como pasa en toda la película, podría haber sido mucho mejor. La “zona pobre” no parece serlo y los chicos lindos que viven en ella tampoco parecen ser muy amenazadores, le falta vida, oscuridad y suciedad. Las escenas de acción cumplen, pero ninguna se gana el precio de la entrada al cine. Una película que tal vez puede llegar a entretener a alguien, pero que termina quedando ahí, y es lamentable debido a que la punta de la historia era fascinante para una buena película de ciencia ficción/acción. Más que nunca el tiempo es suyo, ustedes decidirán si usarlo en esta película es perderlo o no.
La vida de una mujer muy ocupada siempre se puede complicar aún más. Basada en una novela de Allison Pearson, esta nueva comedia que se presenta en nuestros cines nos cuenta la historia de Kate Reddy, una mujer que no para de hacer malabares en su vida para poder ser una buena profesional en su trabajo y buena esposa y madre en su hogar. Pero Kate se va a dar cuenta de que las cosas siempre pueden estar peor cuando su esposo consigue el trabajo de sus sueños y ella también, obligándola a viajar demasiado y a conocer a un nuevo y muy tentador hombre. Creo que leyendo la sinopsis muchos ya pueden asumir lo que voy a decir a continuación: si buscan sorprenderse y divertirse con algo nuevo, no vayan a ver esta película. Una comedia bastante simple con una trama sencilla y sin sorpresas, una gran cantidad de clichés y personajes típicos encarnados por actores bastante famosos (Sarah Jessica Parker, Pierce Brosnan y Greg Kinnear entre otros) que no consiguen que tengamos ningún interés por la cinta. La forma en la que nos quieren contar la historia no queda muy clara ya que primero se nos presenta una especie de documental, con la gente hablando para la cámara, mientras que en otros momentos se ve la imagen congelada de la escena mientras la protagonista (en movimiento) nos dice lo que piensa o siente. Se utiliza algún que otro elemento más de este tipo, lo cual es bastante extraño dentro de la historia ya que la mayor parte del tiempo la historia está contada (y mostrada) de una manera más tradicional. Una película previsible de principio a fin, que tampoco llega a divertir tanto como para poder dejar pasar por alto algunas cosas. Pero tal vez puede ser buena para tener de fondo en tu televisor cuando salga en DVD en alguna de esas juntadas de amigas que se dan alguna que otra noche.
Esta popular serie, que ya va por su tercera temporada gracias al trío de Ryan Murphy, Ian Brennan y Brad Falchuk y de la cual ya hablamos varias veces, llega a los cines esta semana para el disfrute de los gleeks de todo el mundo. Y el tema de Journey “Dont’ Stop believin'” convertido en un gran hit varios años después sirve de apertura para esta especie de película, que sigue una moda ya empezada por otros como Justin Bieber y U2: recrear recitales con partes documentales en la pantalla grande y, en algunos casos, con el beneficio de la utilización del 3D para que podamos sentir un poquito que estamos ahí. Porque en gran parte de estos 84 minutos podremos disfrutar de muchas de las canciones reversionadas más famosas que dieron las primeras dos temporadas de Glee sumado a que podremos ver a los chicos en el backstage (siempre manteniendo los papeles que cada uno de ellos hacen en la serie) y también nos harán conocer un poco a sus fervientes fanáticos, haciendo hincapié en la historia de tres personas; una adolescente porrista con enanismo, un homosexual que recientemente salió del clóset y una jovencita con síndrome de Asperger. La película va saltando entre estas distintas temáticas, por lo cual puede que sientas que se pierde el ritmo más veloz y alegre de sus performances cuando de repente pasan a contar la historia de alguna de estas personas que cuentan cómo sienten que, gracias a la diversidad vista en la serie, ellos pueden ser más aceptados por lo que realmente son y abrirse al mundo. Puede parecer exagerado, demasiado empalagoso o muy marketinero, pero no termina siendo muy diferente a varias de las historias que vemos todas las semanas en nuestros televisores gracias a los personajes que ya conocemos de Glee, como Kurt y Blaine (la pareja homosexual) o Artie (un adolescente paralítico). Estos temas de inclusión a los que la serie ya nos acostumbró puede que sean lo único que por momentos sobra en esta película, que se encuentra mejor ubicada en las secuencias que vemos arriba del escenario y que son gratamente mejoradas por las nuevas tecnologías, ya que el 3D, algo que en lo personal nunca me sumó mucho a la hora de elegir una película, en este caso funciona perfectamente logrando una mejor sensación a la hora de ver a “New Directions” o a los “Warblers” cantando, bailando y dando ganas de que uno mismo se pare arriba de su butaca y se ponga a levantar las manos mientras canta “Valerie” (Amy Winehouse), “Loser Like Me” (una de las canciones propias de Glee) o “Jessie's Girl” (Rick Springfield). La lista de temas es casi perfecta, reuniendo la mayoría de las canciones más populares que se utilizaron en las dos primeras temporadas pero siempre dejándote con ganas de que hagan un par de temitas más, como casi cualquier recital. Las coreografías son impecables como siempre, el vestuario y la puesta en escena nos recuerdan a nuestros capítulos favoritos de la serie, y las voces de los chicos son increíbles, mostrando una energía y una fuerza digna de cualquier banda o solista y demostrando que deben pasar horas, días y semanas practicando ya que no fallan en ningún momento, mostrando el verdadero fuerte de toda la serie: la hermosa selección de canciones, con esa gran mezcla entre temas de moda y clásicos de todas las épocas, y su forma de versionarlas. No por nada después de sólo una temporada muchos músicos les dieron el pase libre a Ryan Murphy y Cía. Para que tomen las canciones que quieran de ellos y las usen en la serie. Puede que nos haga falta la visita de algunos grandes personajes de Glee como la malísima Sue Sylvester (A mi parecer el mejor personaje de la serie, personificado por Jane Lynch) o Will Schuester (Matthew Morrison), pero para el fanático hay un invitado sorpresa del cual no voy a contar nada. Buenas canciones y coreografías en un escenario grandioso y lleno de fanáticos que gracias a sus gritos nos hacen sentir parte del show que está impecablemente filmado gracias a muchísimas cámaras puestas por todos lados y la dirección de Kevin Tancharoen. Personajes y canciones que amamos en una película/concierto que casi es sólo para Gleeks (así llamados los fanáticos de esta popular serie), con algún que otro golpe bajo para recordar algunos de los temas que toca la serie, pero con mucha música que nos va a hacer salir del cine cantando.
Una no tan buena venganza de parte del cine japonés, siendo por primera vez los encargados de adaptar una popular película norteamericana de terror. Su nombre en Argentina la menciona como una precuela, pero su nombre original, Actividad Paranormal 2: Noche en Tokio, nos dice lo que realmente es. Y es una película que bien podría funcionar como secuela de “Actividad Paranormal”, pero que cómodamente se podría ver sin conocer la saga, que dentro de poco estrena una tercera parte. Esta historia empieza con la llegada de Haruka a su hogar en Japón, después de haber realizado un viaje a Estados Unidos donde lamentablemente se quiebra ambas piernas en un accidente automovilístico en el que muere una mujer que recientemente se había escapado de su casa habiendo asesinado a su novio (¿Les suena familiar?). Su hermano Koichi, un jovencito que no deja de filmar con su videocámara, será el encargado de cuidarla mientras su padre viaja por negocios, pero comienzan a suceder cosas muy extrañas alrededor de ellos, se oyen ruidos inexplicables y algunos objetos se mueven solos. Una fuerza extraña se encuentra en esa casa, sobre todo en las noches en la habitación de Haruka, así que Koichi decide filmar mientras duermen para ver qué es lo que realmente está sucediendo. Y lo que sucede no es mucho ya que el resultado es el mismo que cualquier otra remake; siempre es mejor su versión original. Esta película logra ciertas situaciones con buenos climas y momentos efectistas que pueden llegar a asustar a algunos de sus espectadores, pero no más que eso. Debido a que este film funciona como secuela de la original, todo está supeditado a ella, por ende utilizan el mismo tono de falso documental y los mismos elementos a la hora de asustar (ruidos, objetos moviéndose, etc.) sin correr ningún riesgo ni tratar de ir un poco más allá. Hay que reconocer que a pesar de que esta película es casi exactamente igual a la original, los japoneses siempre fueron bastante buenos a la hora de generar situaciones de miedo y mucho más si la temática es sobre fantasmas o similares. Por lo cual puede que alguna situación te pueda hacer pegar un salto de tu butaca y,de paso, recordar algún otro ya hito del cine de terror japonés. Una trama predecible y no muy original dentro de un estilo de película que ya hemos visto demasiadas veces y que, por ende, no logra asustarnos de la misma manera.
Gracias a la factoría Apatow tenemos pequeño atisbo de que las mujeres no sólo sirven para hacer simples comedias románticas. Lillian (Maya Rudolph) se va a casar, y decide que su amiga de la infancia Annie (Kristen Wiig) sea su dama de honor y la ayude a organizar todo lo relacionado a la boda. Pero para esto Annie va a tener que conocer a las nuevas amigas de Lillian, lograr ponerse de acuerdo con ellas y, encima, soportarlas. Esta simple trama sobre la nueva película de Paul Feigg, co – guionada por la mismísima Kristen Wiig y producida por Judd Apatow lamentablemente se queda a la mitad. Ya que desde aproximadamente la mitad de la película, realmente pareciera que se convierte en otro filme distinto. Esta original chick-flick comienza haciéndonos parecer que vamos a ver una especie de “The Hangover” femenina, con un humor que no estamos acostumbrados a ver en manos de mujeres, pero que acá se banca tranquilamente debido a las dos diosas que cumplen los roles principales, Maya Rudolph y Kristen Wiig, salidas de la cuna de SaturdayNight Live, que hasta ahora nunca nos falló con los actores que nos hizo conocer. Con un fuerte guión que contiene muy buenos diálogos, mujeres un poquito más reales que las de “Sex and the city” y el humor al que Judd Apatow nos tiene acostumbrados, con un lenguaje un tanto vulgar por momentos y humor escatológico por otros. Ayudados también por una excelente elección de casting y buenos gags utilizados a lo largo de las aventuras que Annie va a pasar para llegar sana y salva (o no) al casamiento de su mejor amiga. Pero una simple trama sin mucha originalidad y nada más que eso. Y esto se nota con el correr de los minutos, en una segunda parte que no le llega ni a los talones al cómico principio. La historia comienza a decaer, la comedia comienza a desaparecer y se dejan de lado actores secundarios que podrían haber sido muchísimo más explotados. Todo se termina convirtiendo en otra comedia romántica más, gracias al enamoramiento de Annie hacia Nathan (un poco utilizado Chris O’Dowd), que lleva a la película a los clichés típicos y escenas que ya conocemos de cientos de películas más. La película se salva gracias a una Kristen Wiig increíble y a algunos actores secundarios geniales como Josh Hamm (Mad men) y Melissa McCarthy (Una excelente interpretación de la actriz de la serie Mike & Molly) entre otros, que podrían haber aportado muchísimo más a la tramaya que la construcción de sus personajes era muy adecuada al estilo de comedia que produce Apatow. 125 minutos que son demasiado largos para la trama de este filme que va decayendo a lo largo de ese tiempo, con algunos de los errores que suelen tener algunas comedias de Apatow, pero con un comienzo y unas actrices que yo creo que pueden llegar a valer la pena. Y sobre todo, una pequeña mirada para ver que el futuro puede depararnos más comedias femeninas que se atrevan a ser distintas y se alejen un poco de lo que todas ya conocemos.
Todos los clichés juntos en una película que no entrega nada nuevo. La primera película de Taylor Lautner como actor principal después de años de la saga de Crepúsculo, lamentablemente, no fue el mejor inicio que podríamos haber visto de él. Este nuevo film de John Singleton, un director conocido por sus películas de acción, nos cuenta la historia de Nathan, un típico adolescente que descubre junto a su amiga y vecina Lily una web de personas desaparecidas donde hay una foto de un niño que es igual a él. Investigando se entera que realmente ese niño perdido es él, sus padres no son los que él creía y su vida es una gran mentira que oculta algo muy peligroso que lo lleva a tener que escapar de asesinos, agentes de la CIA y toda persona en la que no pueda confiar. Una sinopsis tan simple nos podría dar una buena peli de acción para pasar el rato, pero no llega a lograrlo completamente, ya que es un filme que contiene demasiados clichés vistos miles de veces. Diálogos muy utilizados, frases hechas, escenas comunes, el chico musculoso y lindo, su hermosa compañera y hasta el típico villano de Europa del Este son algunos de los elementos ya conocidos por nosotros que se utilizaron para generar un producto muy pobre que, con suerte, tal vez pueda llegar a divertir un rato en los cines a alguien. Encima de todo, alguien tomó la no muy buena decisión de no hacer tantas escenas de acción ya que solo se ven pocos momentos fuertes y el resto queda para que las fanáticas del licántropo de Crepúsculo puedan disfrutar de su cuerpo un par de veces más. A pesar de todo esto, podemos destacar la elección de actores que en el tráiler sonaba prometedora, con gente de la talla de Sigourney Weaver, Alfred Molina, Maria Bello y Jason Isaacs (un bastante irreconocible Lucius Malfoy de la saga de Harry Potter) pero que lamentablemente aparecen muy poco tiempo y no logran salvar completamente esta historia. Hay que remarcar que las (pocas) escenas de acción que hay están bastante bien hechas por este joven, que si se esfuerza un poco más, podría llegar a tener un buen futuro como actor de películas de acción. Una pobre película, que nos puede recordar un poco a “The Bourne Identity” y sus secuelas (Pat Crowley, uno de los productores de este film justamente también fue productor de esta trilogía) pero que no le llega ni a los talones, aunque se note un poco el esfuerzo en la elección de actores y director. Perosi les gusta ver a Taylor Lautner sin remera, no dejen de ir a verla.