BAILANDO POR UN SUEÑO
Pat es un enfermo bipolar internado en un Neuropsiquiátrico. Y vuelve a casa. Los padres lo vigilan, pero el hombre tiene sus recuerdos: su mujer lo engañaba y el tipo le dio una soberana paliza al amante. Ella lo dejó y él no se resigna. Así que cuando aparece en el barrio una viuda medio desquiciada, lo primero que hace Pat es avisarle que el único plan de su vida es recuperar a su mujer. Alrededor están los padres, los vecinos, un poli, un viejo apostador. Y todos hablan: los enfermos y los sanos. El fútbol, un torneo de danza y algunos incidentes (hasta una pelea de barras) tratan de añadir algo. Pero le cuesta. Personajes estereotipados y lugares comunes, restan.
Arranca como una pieza dramática de auto ayuda, pasa por el costumbrismo y acaba en una historieta de amor muy anunciada. Final edulcorado, propuesta sabida, situaciones que buscan emocionar, aunque está muy bien actuada y logra algunos buenos momentos. Al comienzo, nadie la pasaba bien, pero al final todos andan contentos: los enfermos sanan y se aman, el padre gana en las apuestas y abre un restaurante, la mami cocina, el psicólogo se hace hincha… y colorín colorado.