Un nuevo concepto de comedia dramática-romántica que hace lucir a su director David O. Russell que se vale de un buen manejo de cámaras, un montaje dinámico y sobre todo un elenco de antología que derrocha talento en cada escena (Bradley Cooper en el papel de su vida y Jennifer Lawrence cada vez mejor, se lucen junto a un DeNiro impagable). Alejado de los tópicos y lugares comunes del género, derrocha originalidad, buen gusto y un mensaje positivo, aun en los momentos más tensos de la historia, que hará que los espectadores dejen la sala con la sensación de haber vivido una experiencia cinematográfica que gratifica el alma.