Una comedia dramática que se atreve con el tema de las locuras, de los internados en un neurosiquiátrico, de los supuestos normales, de bipolares y trastornados obsesivos compulsivos. El sostén de la película -su director David O Russel tiene un hijo con esos problemas- está en las actuaciones: un De Niro iluminado, una profunda y jugada Jennifer Lawrence (favorita del Oscar), y un elenco que se entrega conmovedoramente.