Y la danza te salvará
Podés tener tus problemas, incluso una patología psiquiátrica que no conocías. Sin embargo, para salir tenés que aprender a reconocer los momentos luminosos, esperanzadores, de la vida, y aferrarte a ellos. Ese es el planteo o la propuesta del guionista y director David O. Russell en esta película, que a través de la historia de Pat intentará mostrar la veracidad de su postulado.
Pat (Bradley Cooper) vuelve a la casa de sus padres (Robert DeNiro y Jacki Weaver) tras ocho meses de internación y de ser diagnosticado bipolar. Tanto su exmujer como su extrabajo tienen órdenes de restricción en su contra por un escándalo que lo llevó a su situación actual, y apenas está intentando recomponer su situación personal cuando la esposa de un amigo le presenta a su hermana Tiffany (Jennifer Lawrence), otra chica con un estado mental algo alterado.
Apoyado en sólidas actuaciones, especialmente las de Cooper y De Niro, que por fin vuelve a un personaje y una interpretación a su altura, este drama liviano (no es una comedia romántica) sobre un desorden como es la bipolaridad, muy de moda en estos tiempos (tanto en la ficción como en los diagnósticos psiquiátricos) está bien realizado, pero cae en ciertos lugares comunes, y un final demasiado previsible.
Es un filme llevadero, y con algunos buenos diálogos, pero que no logra trascender y tocar un lugar más profundo al tratar las relaciones entre las personas y sus conflictos. La redención, el encuentro, se produce en las clases de danza entre Tiffany y Pat. Por eso, por momentos se queda en un lugar demasiado superficial, que hasta casi recuerda a "Dirty Dancing".