Cuando se nombra a Eli Roth un poco de entusiasmo genera, aunque no sea un persona que disfruta del género en el que él domina el terreno, sus películas, por lo general, generan miedo. Estuvo metido en el medio de “El Payaso del mal”, “Hostel” o “El último exorcismo”, entre otras, y se lo considera alguien respetable en el cine de género.
En esta oportunidad decide meterse en un “thriller”, una película con mucho más “”suspenso”” y menos demonios del infierno. “El lado peligroso del deseo” cuenta la historia de un padre de familia que se queda todo el fin de semana sólo y en la primer noche llueve.
En medio de la noche tocan la puerta de la casa, son dos chicas completamente mojadas que necesitan usar su teléfono, aunque le cuesta decir que sí, las deja entrar y a partir de ese momento su vida se empieza a complicar.
Keanu Reeves (“Matrix”) le da vida a este hombre, un hombre que fue felizmente fiel toda su vida y que trató, con mucha fuerza, seguir siéndolo. Pero cuando llega la tentación a la puerta de tu casa y esa tentación son las bellas Lorenza Izzo y Ana de Armas es complicado resistirse.
Al acceder a su juego provocó su final, resulta que las chicas se obsesionan con él y le hacen ese fin de semana una pesadilla.
Todo lo que pasa en esta película es predecible y bizarro, parece que Eli Roth quiso hacer un chiste y quedó, desde la premisa a lo que se ve en la pantalla está mal. Se puede decir que sabe filmar suspenso, pero meterse en una historia así de ridícula no tiene mucho sentido. Keanu Reeves, hace lo que puede para salvar a esta “mordida de banquina” en la filmografía de este director, pero ni la onda que le pueda poner la salva.