Clara (Vanesa Gonzales) regresa a la centenaria estancia patagónica con su marido (Enrique Seijo) y Martina (Sol Garcia), su pequeña hija,
luego de veinte años de ausencia. Llamada por Luisa (Eva Bianco), la pareja del padre ante la enfermedad que lo aqueja.
Allí la espera su papá, Daniel (Osmar Nuñez), con el que Clara está distanciada por un viejo e inútil rencor.
La estancia ha envejecido como su padre y a los problemas habituales se suma una jauría de perros salvajes que diezman a los rebaños y los acechan.
Clara deberá llegar hasta