Un drama familiar
En su debut cinematográfico, el guionista y director Ari Aster nos presenta El legado del diablo (Hereditary, 2018), un film que se zambulle en el género de terror pero que además le agrega una cuota de drama familiar pocas veces visto.
Cuando Ellen, la matriarca de la familia Graham, muere, la familia de su hija (Toni Collette) comienza a desentrañar secretos crípticos y cada vez más terroríficos sobre su ascendencia. Cuanto más descubren, más intentan escapar del siniestro destino que parecen haber heredado. Esta sinopsis nos da la pauta que más que una película de terror es un drama familiar que envuelve a un grupo de personas que no están bien psicológicamente.
La historia por momentos da la sensación de no arrancar nunca, sin embargo, ese el punto clave, el engaño al espectador es esencial para la trama y a medida que se va desarrollando todo va teniendo un sentido y un porqué de las cosas. Pero también eso le juega en contra a la película de Ari Aster, debido a que el espectador se puede aburrir en ese proceso de descubrimiento.
El legado del diablo no es una colección de escenas de ventanas o puertas que se cierran solas, pero en el momento en que algo ocurre genera impacto desde lo visual, y cuenta con una de las mejores secuencias del año que termina con un gore espectacular y, si la amenaza es en principio algo psicológica, luego pasa a ser real.
El pilar fundamental para que el film no decaiga y se mantenga es la actuación de Toni Collette que es una actriz que sabe llevar a sus personajes a un buen desarrollo en el diálogo y sus expresiones para generar en cada escena que lo requiera. A su vez, al tener en su entorno personajes de tono opaco y apagados de personalidad, en más de una situación Collette puede verse algo sobreactuada pero que de ninguna manera empaña su buena actuación.
El legado del diablo es un film lúgubre que nos invita a ver el pasado de una familia que, desde el inicio, sabemos que no va terminar nada bien, pero lo importante está en el proceso por el cual llegamos a ese macabro punto.